El nuevo pavimento de la plaza de La Magdalena da mayor uniformidad, embellece el espacio y difunde el pasado romano de la ciudad
La plaza de La Magdalena ha estrenado su nueva pavimentación. Una obra que tenía el objetivo de embellecer y poner en valor el entorno de la iglesia, una de las joyas del mudéjar aragonés catalogada como Bien de Interés Cultural, y mejorar la seguridad de los peatones. Para ello, el Ayuntamiento de Zaragoza ha invertido cerca de 150.000 euros.
Como el pavimento estaba muy deteriorado y las baldosas de mármol resbalaban con la humedad y la lluvia, se ha decidido modificarlo. Ahora la plaza es un espacio más diáfano y uniforme que da mayor protagonismo al peatón y la iglesia. Por ello, se han eliminado los elementos que afeaban el lugar: aparcamiento de Bizi Zaragoza o aparcamiento metálico de bicicletas particulares, que se han trasladado hasta el Coso.
Además, se ha colocado granito en tonalidades grises y rojizas, siguiendo la estética de otros puntos del Casco Histórico. Los alcorques de los árboles, por su parte, se han cubierto con pavimento drenante para aprovechar el agua de la lluvia para riego, así como mejorar mejorar la accesibilidad.
DOCUMENTAR Y DIFUNDIR LA ZARAGOZA ROMANA
La renovación de la plaza de La Magdalena sirve para documentar mejor y poner en valor la historia de este espacio de la ciudad. Se quiere difundir su pasado romano, en cuyo subsuelo se conserva parte del pavimento del decumano máximo. Estos restos se hallaron en 1990 al final de la calle Mayor, en su enlace con la plaza.
También se ubicaba la antigua puerta oriental de la muralla romana del siglo III, derribada en 1867, conocida como Puerta o Arco de Valencia. Todavía se conservan restos de su pavimento y de una de las jambas en la fachada del edificio de la calle Mayor 71, y de la torre meridional en los sótanos de Coso 147.
Se realizaron también sondeos para comprobar si existen nuevos restos de la antigua Puerta de Valencia, pero no se hallaron. Un trazado metálico de latón será el encargado de recordar la anchura que debió tener esa puerta. Además, se han limpiado los dos murales de bronce que realizaron Ignacio Mayayo y Antonio Germán.
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