Fundación Ibercaja presento ayer la pintura de Miguel de Múzquiz y Goyeneche, primer conde de Gausa, que data de aproximadamente 1783 y procede de una colección privada
El óleo se expondrá en la Sala Goya, en la segunda planta, junto al resto de obras del genio aragonés
El Museo de Goya reúne un total de 25 obras del pintor de Fuendetodos, además de las series completas de grabados desde 1778 hasta 1825
El óleo sobre lienzo Miguel de Múzquiz, Conde de Gausa, de Francisco de Goya, ya forma parte de la colección permanente del Museo Goya de Fundación Ibercaja. El retrato, procedente de una colección privada, se ha presentado esta mañana y se une de esta forma a las 24 obras del pintor aragonés con las que cuenta la colección permanente del Museo.
El acto de presentación contó con la participación de José Luis Rodrigo, director general de Fundacion Ibercaja; Charo Añaños, directora del Museo Goya, y Domingo Buesa, presidente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y patrono de Fundación Ibercaja.
Con esta última incorporación, el Museo Goya cuenta en su corpus artístico con 25 obras de Francisco de Goya, 24 pinturas y 1 dibujo, además de las series completas de grabados desde 1778 hasta 1825.
El personaje retratado es don Miguel de Múzquiz y Goyeneche (1719-1785), primer conde de Gausa, y es uno de los primeros retratos oficiales que Francisco de Goya realizó en la corte, en torno al año 1783. Con unas medidas de 117 x 85 cm, el óleo ha formado parte de todos los catálogos razonados de Goya, donde se le asocia con otra versión de “cuerpo entero” de 200 x 114 cm que forma parte de la colección del Banco de España. Sin embargo, existen notables diferencias entre ellas, como la iluminación, la vestimenta, el sable o el escenario.
La característica impronta de Goya puede apreciarse en las sugerencias impresionistas de las condecoraciones del personaje y en los bordados de la casaca. Las calidades de la vestimenta son extraordinarias, desde la ejecución del terciopelo a la espléndida banda de seda que cruza su pecho.
En este retrato, Goya revela esa maestría y rapidez de toque que será característica de su pintura más avanzada. Su fama en este ámbito fue agrandándose desde mediados de la década de 1780 hasta convertirse desde 1785 en el mejor y más cotizado del gremio.
Este óleo que podrá contemplarse en la Sala Goya, junto al resto de pinturas del genio de Fuendetodos, fue estudiado por Federico Torralba y René Andioc. Además, la obra ha sido citada en distintas publicaciones por Manuela Mena, Nigel Glendining y en el último catálogo razonado del Banco de España.
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