La escritora aragonesa y periodista especializada en viajes, gastronomía y vinos Elisabeth G. Iborra, autora de La vuelta al mundo de Lizzy Fogg I y II (Ediciones Casiopea), nos lleva de ruta por algunos de los países que ha visitado a través de los restaurantes que podemos disfrutar en nuestra capital, para volar más allá de la imaginación y de la lectura.
Si la Naoki Taberna Japonesa es lo más cerca que vas a estar de Tokio, tampoco te puedes quejar, porque hacen una combinación de los mejores cortes de sashimi con originales toques propios, así como unos uramakis rellenos sabrosísimos con mezclas de ingredientes que no se le habrían ocurrido ni al mejor sushiman de Japón. Una taberna japonesa en medio de la ciudad que incluye extra de cócteles.
Punto Gastronómico es un restaurante colindante a la plaza de los Sitios que permite darse una vuelta culinaria por Perú, cuya ciudad principal, Lima, sigue siendo la capital gastronómica indiscutible de Latinoamérica con sus anticuchos, sus ceviches y tiraditos, sus deliciosos pisco sour… Y, en concreto aquí, con sus versiones peruanas de productos autóctonos como el ternasco.
Marengo Internacional Deli es, como su propio apellido indica, un restaurante en el que se puede dar la vuelta al mundo culinariamente, con todo tipo de platos tanto para compartir como para comer a la carta o de menú de muchos rincones del planeta. Pero la autora se queda con el Poke Hawaiano, que es una completa comida en un solo bol con sabores muy exóticos.
El Broquel es una de las tabernas preferidas de la periodista gastronómica, no solo porque tiene muy buenos vinos aragoneses por copas, sino por sus carpaccios y brochetas de carnes extraordinarias que le permiten volver con los recuerdos a aquellos países donde pudo probar cocodrilo, guanaco, canguro, avestruz y decenas más.
Alma Criolla Empanada Bar es un imprescindible en la lista de la escritora, pues su país favorito del mundo mundial es Argentina, y confiesa que estas dos socias son unas genias que bordan las auténticas empanadas criollas rellenas con combinaciones de ingredientes ‘soñadas’, como la de roquefort, la de ternasco que hacen de vez en cuando o la fugazzeta. ¡Además, tienen malbec!
El restaurante Buenacara es un sirio con unos espectaculares sabores intensos en todas las recetas que elabora su propietaria, Ghada Hussien, desde el hummus con carne, pasando el mutabal, los falafel, el mahamara o el kofta de pollo, hasta los guisos que hace por encargo para mínimo cuatro comensales.
La Manousheria es un sorprendente horno tradicional libanés, ideal para conocer su gastronomía, en concreto, su especialidad en Manoushés, que son una especie de tortas a las que se le echan encima toda la variedad de ingredientes imaginables. Desde los más árabes, como la zaatar especial, mezcla libanesa de tomillo, con cebolla y tomate picados,, pasando por los más ibéricos, como la de mezcla de quesos: halloumi, accaoui, mozzarella y jamón ibérico, hasta los postres más golosos, como la de chocolate y plátano.
ARTÍCULO DE @latildebyyolandagil
Fotografías de Xoel Burgues, Alicia Llamas y María Navasa
