¿Sabías que hay varias interpretaciones sobre el origen de la denominación del barrio de Torrero?
Antes de convertirse en Torrero, los asentamientos de la zona se situaban en el barrio de Venecia, llamado así por la burguesía del siglo XX, a quienes los paseos en góndola por el Canal Imperial les recordaba a la ciudad de italiana de Venecia
El nombre con el que todos conocemos al barrio de Torrero pudo ser atribuido a la familia de los Torrero, procedente de la villa de Luna, que se trasladó a Zaragoza en el siglo XV. Otras de las interpretaciones sobre la denominación del barrio aluden a la gran cantidad de torres que existían entre el Paseo de Sagasta y el Paseo de Cuéllar. En cualquiera de los casos, el barrio se define a de manera sencilla debido a sus remarcados límites y a una ligera elevación con respecto al resto de la ciudad.
El hito que más importancia cobró en el proceso de creación y desarrollo del barrio fue la llegada de las aguas del Canal, lo que denominaría como ‘Canal Imperial de Aragón’. Esta fue una de las obras más costosas y trascendentales que se realizan en la España del siglo XVIII. En torno a él se edificarán, bajo la dirección de Ramón Pignatelli, numerosas casas y almacenes destinadas a alojar a los trabajadores de semejante obra hidráulica. Durante el siglo XIX, los escasos habitantes del barrio se dedicaban al desarrollo de actividades agrícolas, así como las derivadas del Cementerio (1834).
Conforme pasaron los años, la actividad económica se fue incrementando con el sector industrial. La mejor relación del barrio con el resto de la ciudad llega a través del antiguo camino de Torrero (actual Paseo de Cuéllar), que se prolongará por el Puente de América, Acuartelamiento de San Fernando y camino del Cementerio.
Se trata de un espacio muy apto para la construcción gracias a la calidad de sus suelos, puesto que se encuentra en una zona antiguamente cubierta por el Ebro. Este, tras su regresión, dejo un espesor considerable de gravas consolidadas conformando terrazas descendentes, que son de fácil cimentación y en las que no se detectan peligros de simas. El monte de Torrero comenzó a poblarse por el barrio de Venecia, en la zona colindante al canal. Lo cierto es que empezó a habitarse por moradores burgueses zaragozanos, aunque con el paso de los años y debido al establecimiento de nuevas instalaciones publicas (como la cárcel, el campo de fútbol del Iberia o el estadium Venecia), se transformó en una zona residencial de trabajadores.
Numerosos Plantes y Anteproyectos fueron desarrollados durante la mitad del siglo XX en el barrio, alcanzando la zona comprendida entre Lasierra Purroy y la Avenida América, aunque desgraciadamente, ninguno de aquellos planes pudo ser realizado, debido a la situación económica del momento. A causa de la llegada masiva de población que acudía a la ciudad, surgieron todo tipo de edificaciones contrarias al plan, será esta época cuando nacen los barrios de La Paz y San Antonio.
Hace algunos años, concretamente en 2005, fue aprobada la licencia para derribar la antigua cárcel del barrio. Este espacio que estuvo ocupado por la cárcel dará paso a equipamientos sociales y bloques de viviendas, mayoritariamente de protección oficial. Los edificios cuya fachada inmediata da a la avenida de América no serán demolidos en esta fase de obra. El proyecto pretendía dar un nuevo giro a la zona de Torrero.
Actualmente se han añadido dos grandes proyectos que, de cierta manera, han revitalizado el barrio. Por un lado, la propuesta de ocio ‘Puerto Venecia’ en los pinares de Torrero, que cuenta con una superficie de 266.000 m² y se trata de uno de los principales atractivos comerciales de la ciudad. Por otro lado, la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza también aprobó, en febrero de 2002, la construcción de 4.103 pisos en el barrio de Torrero-La Paz, en el espacio entre el III y IV cinturón, de esta manera se promueve la vivienda para parejas jóvenes.
En definitiva, se observa que hay un amplio abanico de operaciones que, si se consiguen realizar, impulsarán el barrio de manera significativa para beneficio tanto de los residentes como para el conjunto de la ciudad. El barrio de Torrero de Zaragoza ha tenido muchas vidas desde su creación. Nació a través de una infraestructura nacional, se desarrolló por sus opciones recreativas para posteriormente masificarse, devaluarse y, finalmente, volver a recobrar vida para su entorno urbano.
El barrio es un ejemplo del organismo vivo que supone una ciudad, y como tal, de su capacidad para evolucionar, modificarse y adaptarse al ciudadano mediante la intervención de una planificación coherente con su entorno y con la ciudad en la que se ubica.
Autor: Alejandro Lezcano Cronotopos Arquitectura – Colaborador : Alba Aparicio Cronotopos Arquitectura
Fuente fotos antiguas: Gran Archivo Zaragoza Antigua
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