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Vámonos de excursión a la Cueva de las Güixas en Villanúa, un viaje al interior de la Tierra

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Todo lo que necesitas saber para tu visita a la Cueva de las Güixas (las brujas) de Villanúa: cómo llegar, horarios, precio…

Texto: Armando Cerra – Imagen principal: Turismo de Villanúa

Hoy os proponemos una excursión que lo tiene todo. La visita a la Cueva de las Güixas en Villanúa satisface a todo aquel que la descubre. Sean cuales sean tus intereses. ¿Te gusta disfrutar de la naturaleza? ¿Te apasiona la Prehistoria? ¿Eres de esas personas que le atraen los misterios y las historias de brujas? Si has respondido que sí a cualquiera de estas preguntas, ya sabes que debes preparar una escapada a Villanúa, en el Comarca de la Jacetania.

La Cueva de las Güixas se encuentra a las afueras de la localidad y para acceder hasta ella, lo primero es acercarse al centro de interpretación Subterránea, donde comienzan las visitas guiadas y donde también se hace una interesante introducción a lo que nos aguarda dentro de la gruta.

Antes de llegar a la cueva hay que recorrer un corto tramo del Camino de Santiago, que como muchos ya sabéis desciende desde el Somport y va rumbo a Jaca siguiendo en paralelo al río Aragón. De manera que para hacer esta excursión es recomendable llevar calzado cómodo. No es que sea mucha la distancia a recorrer, pero no se puede hacer con tacones ni zapatos excesivamente delicados, para que nos entendáis. Del mismo modo que para visitar la cueva, siempre es recomendable llevar alguna prenda de abrigo, incluso en verano.

Una vez llegados a la Cueva de las Güixas se nos propone un viaje al interior de la Tierra y a una época muy lejana. Y es que esta gruta se sumerge en el interior del Collarada, el pico más alto de la Jacetania,  y tiene unos orígenes que nos trasladan a la Era del Cuaternario, tiempo de glaciaciones. Entonces el agua excavó la roca caliza del terreno. Un proceso natural y químico que hoy se plasma en una impresionante cavidad con preciosas estalactitas, estalagmitas y un sinfín de formas geológicas.

Pero la visita a la Cueva de las Güixas no solo tiene interés natural y geológico. También nos traslada a los tiempos de los primeros habitantes de esta zona del Pirineo. Se ha descubierto que los hombres del Neolítico, allá por el año 3.000 antes de Cristo encontraron aquí un buen refugio para aprovecharse la caza, la pesca y los recursos vegetales de esta zona. 

De hecho, los arqueólogos aseguran que no solo fue ocupada durante la Prehistoria. Se piensa que fue usada de forma continuada durante siglos e incluso se hallado vestigios de la época romana. Así que este espacio kárstico también tiene un importante valor histórico. Y hay que pensar que no sería un lugar fácil para la vida, ya que cada vez que se dieran grandes lluvias o nevadas, podría inundarse debido a los sifones que hacen entrar el agua y desde luego por el torrente que podía entrar por la gran chimenea que todavía hoy conecta la gruta con el exterior.

Esa chimenea o sima es fruto de un hundimiento del terreno y le da un valor especial a la cueva, ya esa es la vía de entrada para sus habitantes actuales: una fabulosa colonia de murciélagos, un tipo de mamífero volador especialmente necesario para nuestros ecosistemas naturales. El murciélago está siempre rodeado de leyendas y temores, pero no deja de ser un animal clave en el buen funcionamiento del hábitat natural y con enormes beneficios para el ser humano. Por ejemplo, no solo ayudan a polinizar muchas especies vegetales y a esparcir sus semillas, también son sumamente relevantes para controlar plagas de insectos.

En definitiva que los murciélagos tradicionalmente han sido víctimas de la literatura y las creencias populares. Y lo mismo puede decirse de otras ocupantes históricas de la Cueva de las Güixas. Ahora que nos vamos acercando a Halloween ya habrás adivinado que nos referimos a las brujas. 

La tradición cuenta que en esta gruta se han celebrado aquelarres. No solo lo relatan las leyendas, también hay documentos manuscritos que hablan de las reuniones de brujas en este lugar durante centurias. Se dice que entre los siglos XV y XVIII, la Cueva de las Güixas fue frecuentada de forma reiterada por hechiceras. Hasta se conoce el nombre de una de ellas, la bruja Guirandana de Lay, la cual tuvo la desgracia de ser sentenciada a muerte en el año 1461. 

Y decimos desgracia, porque las brujas más que magia, lo que tenían eran un extraordinario conocimiento de la naturaleza. Sabían de las propiedades beneficiosas de plantas y minerales, y por supuesto también conocían sus perjuicios. Lo bueno y lo malo lo podían usar a su antojo, lo que las convertía en personas poderosas. Pero la ignorancia, el miedo y la envidia de gran parte de la población, en vez de aprovecharse de su saber, las temía y por eso las acusaban de hechiceras.

Esto y muchas otras cosas se aprenden durante las visitas guiadas a la Cueva de las Güixas de Villanúa. ¡Cómo os decíamos al principio, son unas grutas con un montón de puntos de interés!

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