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Vuelven las barras, volvemos al deporte nacional, que siempre acaba en bar

Te recomendamos algunas de las mejores barras de tapas de Zaragoza, para recuperar la costumbre de reunirnos con los amigos en torno a su tentador escaparate gastronómico 

Artículo: La Tilde by Yolanda Gil

Vuelven las barras y volvemos a desollarnos los codos en ellas con placer, apoyados en sus superficies repletas de tapas, tentándonos con sus formas, colores y mezclas de sabores. Recuperamos por fin, después de un año y medio pidiéndole al camarero la comida a distancia y con un frío QR, la magnífica costumbre de reunirnos con los amigos en torno a una bendita barra.



Ya se encargan los bares de poner las distancias y medidas de seguridad pertinentes, nosotros sólo tenemos que respetarlas y disfrutar de esos aperitivos que se convierten en menú torero, con la mascarilla siempre a mano para transitar por el local.

En Zaragoza es difícil escoger barra, en cada barrio existen grandes ejemplos para tapear, pero sirvan estos como inspiración para volcarnos de nuevo en el deporte nacional, que siempre acaba en bar.



Mesón Martín: huérfanos hemos estado durante estos largos meses sin poder acercarnos a la barra más concurrida de la Bombarda, a saludar a Sergio, el alma del establecimiento familiar. Hay que probar las gambas Orly, el bacalao rebozado, el tradicional pincho Martín, el solomillo ibérico con bacon y pan tostado, la anchoa en salmuera del Cantábrico y la famosa cocleta Mariví.

 

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Churrasco: la barra del Churrasco siempre se ha caracterizado por tener producto fresco de la Lonja, un buen muestrario de pescados y mariscos, además de sus ricos guisos, como el de rabo de toro y el especial paella de los viernes, que se va gastando según la clientela se la come de aperitivo o de plato del día. Son famosas sus ensaladillas, salpicones y guardias civiles, además de sus montaditos de jamón ibérico con tomate. 15 metros de barra que siempre han sido una llamada de atención para los que apuestan más por comer de pie frente a los que prefieren mesa.



Bula: tan bien ha funcionado siempre la barra de tapas del Bula en la zona, que han tenido que replicarla en otros espacios como el Tubo o en Puerta Cinegia. No te puedes perder las tostadas, por ejemplo, la de hígado fresco de pato a la plancha con sal Maldon y pimientas, ni el cebo-yeah, sus papas bravas o el bikini de mozzarella con trufa hecho al momento, así como sus originales croquetas.

 

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Palomeque: es increíble la cantidad de delicias que se pueden concentrar en una barra tan pequeña saliendo de una cocina tan minúscula que, además, sirve también al comedor sin perder ni por un momento la excelencia. Su crema de borrajas espectacular, el parmentier de patata con pulpo, las anchoas pilé con vermú, el jamón batido, las migas con foie, el vaso de garbanzos con carabinero, cabeza incluida, los tacos de bacalao…Y todo ello con una nutrida selección de vinos por copas.



Meli Melo: todo un show la barra del Meli Melo en la calle Mayor, si pasas, tienes que entrar a comerte al menos un par de esas tapas que han recibido numerosos premios por su ampulosa presentación y su combinación de ingredientes, tanto si son en vasito, véase el guiso de toro o el arroz guisado, como si van sobre rebanada de pan recién tostado (no te pierdas la de bacalao gratinado con alioli) y, cómo no, la croqueta de yuca o la bola de ternasco.

 

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El Bandido: por el Parque Grande, es una maravilla la barra del Bandido, con sus croquetas de gallina trufada, de jamón ibérico, de merluza y langostinos o de boletus y roquefort; sus montaditos de sardina ahumada y crema de tomate al romero o de foie de pato a la brasa y confitura de tomate, los riquísimos ravioli de rabo de toro y canelón de boletus y foie de pato en su salsa o la berenjena con queso de cabra con confitura de tomate.

 

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Artículo: La Tilde by Yolanda Gil

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