Fernando Arcega, exjugador de baloncesto y embajador del Centenario de CN Helios, hace un repaso a su extensa trayectoria deportiva y profesional
El tejido empresarial aragonés está creciendo a pasos agigantados. Prueba de ello es el buen hacer de las empresas aragonesas y de sus directivos. Uno de estos casos es el de Fernando Arcega, que además de su reconocida faceta como deportista profesional, cuenta con una dilatada trayectoria en Aragón y es embajador del Centenario de CN Helios.
Este viernes 25 de abril a las 13:00 horas, Fernando Arcega participará en el Vermú de Redacción de Club Cámara de Cámara de Comercio de Zaragoza, en el que hará un repaso a su trayectoria en un ambiente distendido e informal y rodeado de otros empresarios aragoneses. ¡Una oportunidad única para el intercambio de ideas!
Con motivo de este evento en Zaragoza, hemos tenido la oportunidad de charlar con Fernando Arcega para sumergirnos en su trayectoria deportiva, desde CN Helios y Club Baloncesto Zaragoza hasta la Selección Española, pero también conocer su faceta empresarial, más desconocida para algunos.
P. Volvamos al comienzo: Centro Natación Helios. Viviste la época dorada del club, logrando un histórico ascenso a Primera División en la temporada 1978/79. ¿Cómo viviste ese momento y qué impacto tuvo en el baloncesto zaragozano?
Creo que fue un momento glorioso porque es verdad que la historia del baloncesto zaragozano es muy dilatada, con muchos proyectos y éxitos, pero veníamos de un desierto en el que no teníamos ningún equipo en la máxima competición. Poco a poco fuimos escalando. Me tocó estar dos años en Segunda antes del ascenso, que se vivió intensamente en la ciudad y particularmente en Helios porque era añadir otro equipo a la máxima competición de otro deporte.
P. Y ahora CN Helios cumple 100 años de vida, ¿qué significa para ti representar al club como embajador en su centenario?
Es un honor poder ayudar en todos los actos que se están desarrollando, poder representar al club. Fue una petición del presidente y coincidía en un momento en el que yo también estaba un poco más liberado de responsabilidades profesionales, entonces creo que estamos construyendo un centenario del que se está hablando mucho.
Se trata de poner en manifiesto la importancia que el club ha tenido en la ciudad a nivel deportivo y social. Nos estamos encontrando con muchísima gente que ha tenido relación con Helios y nos satisface mucho ver esa masa social que se ha ido generando en torno al club.
P. Y del CN Helios pasamos al Club Baloncesto Zaragoza, una transición que se vivió en un momento clave para el baloncesto aragonés en una época de dominio de equipos como Real Madrid o Barcelona. ¿Cómo era enfrentarse a ellos con la camiseta del CBZ?
Yo siempre cuento la anécdota de que el primer partido que jugué en el Palau Blaugrana nos ganaron de 42 puntos. Nosotros estábamos recién ascendidos y no teníamos el bagaje o la experiencia que se requería para enfrentarte a un Barcelona de aquella época. Poco a poco te vas asentando en la competición, vas haciendo las cosas mejor y terminamos siendo un equipo de referencia junto a Real Madrid, Barcelona y Joventut.
Creo que generábamos más cariño que los tres porque éramos un club recién llegado, formado con muchísima gente de la cantera, lo que estimulaba mucho a la afición. Al final, ese cariño se transmitía en aquellos desplazamientos y partidos que teníamos que jugar fuera de casa en el campo que fuera. Entonces, fue una etapa muy bonita y el embrión podríamos decir que fue ese Helios.
P. ¿Qué victorias recuerdas con más cariño en tu etapa a nivel de clubes?
Desde luego que el ascenso, pero también las dos Copas del Rey, que son muy importantes, o los triunfos que conseguimos contra Madrid o Barcelona porque te llenaba de un orgullo especial. Sobre todo las dos Copas del Rey, en concreto la primera, porque fue inesperada y nadie pensaba que fuéramos capaces de hacer una gesta de ese tamaño.
P. Cuando se gana un título de este calibre, ¿se tiene la sensación inmediata de estar haciendo historia o solo se valora con el tiempo?
Se valora con el tiempo. Como estás en plena competición y lleno de adrenalina, te das cuenta con el paso del tiempo, cuando la gente te recuerda y te vuelve a nombrar aquella final. Ahí notas la repercusión. Todavía la gente se acuerda de la hazaña de aquel diciembre del 83, por lo que es muy buen síntoma.
P. La medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles fue un hito para el baloncesto español. En su momento, mencionaste que no eras consciente de la repercusión que tendría este logro. ¿Cómo viviste esa experiencia y cuándo comenzaste a percibir su verdadero impacto en España?
El impacto lo notamos en las semifinales porque recibimos un cajón de telegramas de felicitación, aunque el impacto real se produce cuando llegas a España y ves lo que ha significado. Hace poco se cumplieron 40 años de esa medalla y todavía hay quien me dice qué hacía la noche de aquella final del 84, ya que jugábamos a unas horas un poco intempestivas. Entonces, la gente estaba saliendo de tomar una copa o en una discoteca. Es muy curioso que se acuerden de esa hazaña que conseguimos.
P. Tras retirarte del baloncesto profesional, diste un giro de 180º y has desempeñado roles alejados del baloncesto. ¿Cómo fue esa transición del deporte profesional al ámbito empresarial?
Todo requiere un aprendizaje. El deporte también requiere de entrenamiento, de formación y de muchas horas de estudio, y en el terreno profesional es prácticamente igual. Para cualquier deportista de élite, dar el salto de ser alguien muy reconocido y tener una vida cómoda en este ámbito laboral te hace adaptarte como sea.
En mi caso, no me costó mucho porque tuve la suerte de trabajar en una empresa relacionada con el deporte, por lo que la transición fue más cómoda que para otros deportistas. Es verdad que los esfuerzos fueron muy importantes y, en mi caso, eran tareas directivas, por lo que era un poco más difícil compaginar según qué parcelas. Fue una etapa que se fue sobrellevando con el apoyo de compañeros hasta que llega un momento en el que tienes un bagaje y, en el caso de un deportista, tienes una forma de ser en la que el esfuerzo supone menos que para una persona normal porque ya estás acostumbrado a eso.
P. Tras trabajar en los ámbitos público y privado, ¿cómo de importante consideras que es que se cree ese tándem entre ambos ámbitos?
Es fundamental porque las administraciones tienen un papel importantísimo a la hora de apoyar. No podemos depositar todo el peso de la carga estructural de cualquier proyecto en una administración, nos estaríamos confundiendo. Yo creo que el proyecto tiene que ser sólido y luego las administraciones ya tienen que sumar. De ahí creo que el papel público-privado se antoja como fundamental porque muchos de los proyectos requieren financiación, permisos y autorizaciones que no se podrían llevar a cabo.
P. El Vermú de Redacción de Club Cámara, que protagonizas el viernes, apuesta por un formato exclusivo y desenfadado lleno de empresarios y emprendedores que bien conoces al estar en el último de Joaquín Portillo. ¿Cómo de importante es el intercambio de ideas y perspectivas entre los directivos aragoneses?
Me parece un formato sensacional. Creo que intercambiar ideas y apoyarnos es algo importantísimo porque te das cuenta de que en cualquier actividad de la vida no estamos solos y nos necesitamos los unos a los otros; por supuesto, en el tema empresarial, también. Tradicionalmente, en Aragón nos ha costado trabajar en equipo, por lo que Cámara de Comercio está haciendo un esfuerzo muy importante para llegar a una serie de ideas que, en común, adquieren una fuerza mayor. En cuanto al formato, me parece que es muy amable porque no es una conferencia o una clase magistral, que pasaron a la historia.
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