Benedicto XIII se convirtió en papa en 1394 tras contar con el apoyo de prácticamente todos los cardenales, sustituyendo a Clemente VII
Hace unas semanas os hablábamos de “40 ilustres de Aragón“, la nueva página web que ha elaborado el Gobierno de Aragón. Se trata de un sitio online que conmemora el 40 aniversario del Estatuto de Autonomía aragonés y, por ello, han dedicado cuarenta posts a los personajes más ilustres de nuestra comunidad autónoma. Por este motivo, vamos a hablaros sobre todos ellos basándonos en su información. Hoy será el turno de Benedicto XIII.
Nacido en Illueca, Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor perteneció a uno de los principales linajes de Aragón. Es curioso que de niño recibiera preparación militar y acabase acercándose a lo eclesiástico. Se formó en el ámbito de la política y la diplomacia. Tras desempeñar diferentes cargos clericales por diferentes lugares de España, el papa Gregorio XI le nombró cardenal-diácono a los 47 años.
Pedro acompañó en numerosas ocasiones a un papa que vivía en París por los peligros de Roma. Dos años más tarde, estuvo junto a él en su regreso a la ciudad italiana, pero Gregorio XI falleció. Entre tensiones y amenazas, el cónclave eligió al arzobispo de Bari, que se convirtió en Urbano VI. Muchos de los cardenales se arrepintieron de esta decisión y decidieron a Roberto de Ginebra, Clemente VII, como nuevo papa, alternativo al que estaba en Roma.
Nuestro ilustre de hoy, nuevamente, se convirtió en uno de sus hombres de confianza. Su prestigio fue tal que fue elegido como nuevo papa cuando su antecesor falleció en 1394. Prácticamente contó con un apoyo completo por parte de todos los cardenales. Aquí es donde aparece el problema del otro papa nombrado. Y es que, al no dejarse manejar por el rey de Francia, le retiró sus favores hasta llegar a pedirle la renuncia. La negativa de Benedicto XIII provocó el bloqueo militar sobre su palacio de Avignon y su posterior retirada a Nápoles en 1403.
Te contamos de dónde viene la expresión «mantenerse en sus trece»
Varios cardenales negaron su obediencia a Avignon y tan solo era reconocido en los reinos de Escocia, Sicilia, Castilla y Aragón. Siete años más tarde, surgió un nuevo papa de un concilio donde se le acusó de cismático, hereje y nigromante. Una vez se encontraba en su retiro en Peñíscola, el rey Alfonso V le brindó protección en una antigua fortaleza templaria. Tras desafiar al mundo entero y recibir varios atentados para acabar con él, falleció a los 95 años.
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Imagen principal e información extraídas de la web de 40 ilustres de Aragón
