Albarracín: todos los detalles para una escapada perfecta al que para muchos es el pueblo más bonito de España
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Albarracín: todos los detalles para una escapada perfecta al que para muchos es el pueblo más bonito de España

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La preciosa localidad turolense de Albarracín está reconocida como uno de los pueblos más espectaculares del país. Te contamos qué ver y visitar

Texto: Armando Cerra

Uno no se cansa nunca de recomendar la excursión a Albarracín. Por lo bello que es en su conjunto, porque siempre hay detalles sorprendentes, porque es uno de los pueblos más bonitos de Aragón y porque cada día lo es más, dado el interés de sus vecinos en conservar y recuperar todo el esplendor de este rincón de Teruel.

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Para visitar Albarracín solo tenemos que dar tres consejos:

  1. Llevar calzado cómodo, para andar a gusto por el sube y baja de sus calles o por sus alrededores, tan atractivos o más que la propia población.
  2. Disponer de suficiente batería en el móvil, o mejor aún en la cámara, para poder mil y una fotos. Los encuadres que surgen son casi infinitos, así que si eres un apasionado de la fotografía, aquí disfrutarás de lo lindo.
  3. El último de nuestros consejos es dejarse llevar por el instinto. Perderse, encontrarse y volverse a perder en el laberinto de callejas, cuestas y plazas que nos aguardan en Albarracín. No tener un rumbo fijo, sino que el capricho nos guíe. La experiencia será mucho más enriquecedora.



No hay que preocuparse porque ese divagar por las calles de Albarracín nos impida ver algunos de sus encantos. Al contrario. Dadas las dimensiones de la localidad, seguro que las vemos todas y varias veces. Así que sumergiros en el viaje en el tiempo que nos propone y descubramos uno de los pueblos más bonitos de España. Y esto no es algo que digamos nosotros, Albarracín suele encabezar este tipo de rankings.

Conforme nos vamos acercando a la población ya nos atrae su fisonomía. Ese apiñamiento de las casas adaptadas al relieve, las murallas que se desperdigan por las laderas de la sierra y el tono rojizo que mimetiza a la perfección Albarracín con el entorno natural. Entre esos tonos inmediatamente nos llama la atención el colorido tejado de su edificio más destacado: la Catedral del Salvador.

El templo es una joya en sí misma por su fabuloso estado de conservación y por su singular mezcla arquitectónica de los estilos gótico, mudéjar y renacentista. Pero además de una joya, también es un gigantesco cofre de tesoros que guarda retablos, tapices o instrumentos musicales de hace siglos. ¡Una maravilla!

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Junto a la Catedral está el Palacio Episcopal, el cual luce esplendoroso y es una de las casas solariegas más imponentes de Albarracín. Aunque no la única. Hay otras arquitecturas palaciegas que nos van a ir sorprendiendo durante nuestro paseo. Por ejemplo la Casa de la Enseñanza, el Palacio de los Navarro de Arzuriaga o las Casa de los Monterde. No hace falta irlas identificando todas, es mejor irse maravillando con sus detalles, como un alero que desafía la gravedad, un escudo nobiliario de orígenes medievales o con balcones a base de forja y flores.

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Aún así no todos son arquitecturas nobiliarias. El gran encanto de Albarracín como decíamos al principio es el conjunto. De modo que las casas populares, con sus característica mezcla de tapial y entramados de madera son las que guardan la esencia de este lugar. Y de todas ellas la más popular es la Casa de la Julianeta, con su fotogénico chaflán. Aunque lo cierto es que por cualquier calle podemos observar como las casas tradicionales son todo un reto constructivo y visual.

Ya os avisamos que ese recorrido será lento. No por las cuestas, ni por el empedrado. Si no porque vais a ir parando constantemente para alucinar con los detalles del lugar. Y más pronto que tarde acabaréis en su plaza Mayor. Presidida por el monumental Ayuntamiento, podéis descansar aquí un rato y tomar algo en las terrazas cuyas mesas y sillas se despliegan por el espacio más abierto dentro del angosto casco histórico.

Y también desde la plaza Mayor acercaros hasta un mirador que se abre a la sierra. Cuando os canséis (si eso es posible) de disfrutar del núcleo antiguo, podéis emprender alguna excursión por su entorno. Ya os avisamos que aquí también tenéis mucho que elegir. No os olvidéis que esas vistas esconden muchos secretos valiosos, tanto desde el punto de vista natural como cultural. Al fin y al cabo ese territorio es el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno y el Parque Cultural de Albarracín. Dos espacios de los que ya os hemos hablado semanas atrás.

O sea, ¿qué más razones os podemos dar para hacer una escapada a Albarracín?

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FOTOS: TURISMO DE ARAGÓN