El Monasterio de Sijena se ha convertido en una de las grandes reliquias del arte medieval aragonés
Acogió entre sus muros a reinas, princesas e hijas de familias nobles, fue panteón real, sirvió de depósito de una parte del tesoro real y llegó a ser uno de los archivos más importantes del reino
Texto de Armando Cerra – Fotos: Turismo de Aragón
El Real Monasterio de Santa María de Sijena es una de las grandes joyas del arte medieval en la provincia de Huesca. Un lugar que no siempre ha sido fácil de visitar. Sin embargo, en la actualidad se pueden hacer dos visitas distintas. Un recorrido por la historia del monasterio. Y otro por la exposición que muestra algunas de las obras de arte religioso devueltas por parte de Cataluña.
Ambas visitas guiadas (independientes), así como conocer otros lugares de interés en Villanueva de Sijena, hacen que os propongamos una escapada a este rincón de la Comarca de los Monegros.
El rango de Real Monasterio del que pueden presumir Santa María de Sijena se debe a que su fundación se debió al empeño de la reina Doña Sancha de Castilla, quien estaba casada con Alfonso II el Casto de Aragón.
Corría el año 1188 y a partir de entonces el cenobio se iba a convertir en un lugar clave para la Corona de Aragón. Ahí fueron educadas princesas y aristócratas, además de guardar parte de las riquezas reales. Incluso llegó a convertirse en panteón de la monarquía aragonesa. De hecho, ahí fue sepultada la fundadora del monasterio o su hijo Pedro II.
Teniendo en cuenta las fechas de su construcción se deduce que se inició siguiendo los cánones de la arquitectura románica. Aunque eso sí, un románico de finales del siglo XII, muy evolucionado y próximo al incipiente arte gótico que dominará las construcciones religiosas durante las centurias posteriores.
De hecho, en Sijena se aprecia la evolución del arte medieval con las sucesivas reformas que se hicieron en el cenobio. El resultado final fue un conjunto monumental imponente, del cual nos podemos hacer una idea todavía al ver su gran iglesia con tres ábsides. Un templo que tiene una impresionante portada compuesta por 14 arquivoltas abocinadas. ¿Qué es eso? Pues son 14 arcos consecutivos y de tamaño decreciente desde fuera hacia adentro. Es como una majestuosa acogida a todos los fieles que iban a entrar a la iglesia.
Tanto la iglesia como la sala capitular es lo más antiguo que queda del monasterio, ya que el claustro central en torno al que se organizaba la vida de la comunidad religiosa se construyó posteriormente, así como también se construyó después el Panteón Real.
Todo lo descrito se puede ver los fines de semana mediante las visitas que organiza la actual comunidad de monjas que vive en el Monasterio de Sijena. Son ellas las que ponen los horarios adecuados a su singular vida de recogimiento. De manera que no son unos horarios demasiado amplios.
Algo más variado es el horario de visitas guiadas que propone Turismo de Aragón para visitar la exposición que se creó tras la devolución de los famosos bienes de Sijena. Por si todavía hay algún despistado, recordemos que se trata de obras de arte y objetos litúrgicos que fueron vendidos a la Generalitat de Cataluña por parte de la Orden de San Juan de Jerusalén, titular del monasterio desde el siglo XIV hasta hoy en día.
Aquella venta no contó en ningún momento con el permiso de la autoridad patrimonial competente, por eso tras años de litigios, finalmente se devolvieron entre los años 2016 y 2017. Y con una selección de esos objetos se ha abierto este espacio museístico, ocupando así los antiguos dormitorios del monasterio.
Sin duda la exposición ha multiplicado el número de visitas a Sijena. Lo cual es motivo de alegría. Pero todavía se espera que lleguen más obras de arte que pertenecieron al monasterio. En especial las pinturas murales que decoraban la sala capitular. Unas pinturas románicas que hoy se guardan en el MNAC, situado en lo más alto de la colina barcelonesa de Montjuïc.
Y, ¿por qué se han devuelto unas cosas y no otras? Porque la historia de cómo salieron de Aragón es distinta. El caso es que, en agosto de 1936, con la Guerra Civil Española en sus comienzos, el Monasterio de Sijena fue pasto de las llamas. Ardió todo el mobiliario, los retablos, los techos mudéjares de madera, muchos objetos litúrgicos.
Humo y fuego también afectaron a uno de los mejores conjuntos de pintura mural románica que había en Aragón: los frescos que decoraban las paredes y los arcos apuntados de la sala capitular de Sijena. Una maravilla pictórica de comienzos del siglo XIII que por fortuna no llegó a desaparecer por completo.
QUÉ VER EN LA PROVINCIA DE HUESCA
Su valor era altísimo y reconocido por cualquier estudioso del arte medieval. De manera que incluso antes de que acabara la Guerra Civil, ya llegaron aquí técnicos catalanes que trasladaron la pintura del fresco a lienzos, y estos fueron transportados a Barcelona. Ahí siguen.
Quizás algún día se llegue a un dictamen favorable para Aragón, o quizás se alcance un acuerdo entre comunidades. ¿Quién sabe? Pero mientras tanto podemos ir conociendo Monasterio de Santa María de Sijena. Ahora, gracias a la nueva exposición es un lugar menos desnudo y con algo de imaginación podemos hacernos una idea del aspecto y riqueza que tendría antaño.
Y por supuesto, ya que visitamos el monasterio, que nadie se olvide la bici para dar unas pedaladas por el singular paisaje monegrino y de paso acercarse hasta el vecino núcleo de Villanueva de Sijena. Allí nos aguarda la casa natal de Miguel Servet. ¡Excelente plan para un domingo de primavera!
Visitas guiadas a los bienes recuperados
- HORARIO: Viernes, sábados y domingos.
- VISITAS GUIADAS: Previa reserva (consultar horarios).
- PRECIO: 3 € (1,50 € menores de 6 a 14 años)
- APARCAMIENTO GRATUITO
Para más información llamar al 974 35 51 19 (Bienes) de lunes a viernes de 9h00 a 15h00 o escribir a visitasijena@aragon.es.
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