El grupo médico, Insparya, ha realizado un estudio sobre salud capilar y alopecia en España, Italia y Portugal, mostrando gran preocupación por la caída del cabello
La alopecia es una enfermedad que preocupa a un gran número de personas en España y cuyo impacto es significativo en la calidad de vida de quienes la padecen. Así lo destaca el primer estudio realizado por el grupo médico capilar, Insparya, elaborado por Netsonda, sobre salud capilar y alopecia en España, Italia y Portugal. Y es que el 47% de los españoles afirma haber padecido o experimentado algún tipo de problema de caída capilar.
Según los datos, el 45% de los encuestados de Cataluña, Aragón y Valencia considera que la caída o la falta de cabello tiene un impacto negativo o extremadamente negativo en las personas que tienen algún tipo de problema de este calibre. Esta percepción está en línea con la opinión general de los españoles, pues la mitad de la población comparte este punto de vista.
La alopecia no solo afecta al aspecto físico, sino que también tiene consecuencias psicológicas y sociales. El estudio destaca que, ante un problema de alopecia o caída del cabello, el 43% de los catalanes, aragoneses y valencianos experimentaría una disminución de la autoestima. Además, aproximadamente 1 de cada 3 personas en estas regiones cree que la alopecia los haría tener un aspecto más envejecido, reduciría la confianza en sí mismos o les generaría un aumento del estrés.
En lo que se refiere a consecuencias relacionadas con las relaciones sociales, para 1 de cada 4 catalanes, aragoneses y valencianos, la pérdida de cabello también está relacionada con un mayor miedo a ser juzgado y a recibir críticas, mientras que otros señalan una menor aceptación social (20%).
Principales preocupaciones
El 44% de los encuestados que viven en Cataluña, Valencia y Aragón recurre a profesionales, principalmente dermatólogos (49%), peluqueros (47% ) y farmacéuticos (34%), a la hora de buscar consejo, tratamiento o soluciones para cuestiones relacionadas con el cabello. Las principales preocupaciones que destacan son la caspa, que afecta a cerca de la mitad de ellos (46%), el cabello graso (34%) y la pérdida capilar (32%).
Si bien ahora se conocen las preocupaciones capilares de los catalanes, aragoneses y valencianos, ¿cada cuánto acuden estos a la peluquería? El 42% visita a estos profesionales, peluquerías y barberías una vez al mes. En términos de compras, los supermercados e hipermercados son los lugares preferidos para adquirir productos capilares, seguidos por las farmacias, donde compran alrededor de 3 de cada 10 personas, y las tiendas especializadas en belleza o cuidado capilar, que atraen a 1 de cada 4.
Uso de productos sin receta y remedios naturales
Según el estudio, el 63% de los encuestados en estas zonas utilizan productos de venta libre para el cuidado del cabello como champús, acondicionadores, mascarillas o sérums. Además, el 42% afirma estar usando en la actualidad medicamentos recetados como tratamiento para problemas capilares. Esta cifra aumenta notablemente cuando se pregunta si se ha recurrido con anterioridad a este tipo de productos, y es que 7 de cada 10 encuestados así lo manifiesta.
Por otro lado, los remedios naturales y caseros no son las opciones favoritas de los catalanes, aragoneses y valencianos para cuidarse el pelo: solo el 17 % tiene en cuenta estos productos en su cesta de la compra, aunque cerca de 1 de cada 3 sí ha probado estos métodos en el pasado.
Interés por los trasplantes capilares
El 35% de los encuestados residentes en estas regiones ha buscado información sobre trasplantes capilares, reflejando un interés creciente en soluciones definitivas para la alopecia. Pese a ello, el nivel de conocimiento sobre el tema es bajo y es que de acuerdo con este estudio de Insparya, 2 de cada 5 admite apenas saber sobre el procedimiento y el 31% considera tener un nivel de conocimiento medio sobre el tema.
¿Piensan los catalanes, aragoneses y valencianos en someterse a un trasplante capilar? Apenas un 8% ha recurrido a ello y 1 de cada 5 considera realizárselo de forma probable o muy probable. Las principales razones para hacerlo son el resultado natural que ofrece (42%), así como que se considera como una solución permanente (31%) y su efectividad (31%).
Por otro lado, el principal obstáculo para quienes descartan el trasplante es el coste, mencionado por más de la mitad de los encuestados. La segunda razón más citada es la falta de información sobre el procedimiento, seguido de la incertidumbre sobre el resultado final, que afecta, en ambos casos, a aproximadamente 1 de cada 3 encuestados.
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