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Vínica: la ginebra premium aragonesa elaborada con vino de garnacha se presenta en Huesca

Ginebra aragonesa Vínica
Imágenes: Gabi Orte Chilindrón

La ginebra aragonesa Vínica, auspiciada por Destilerías San Valero, se ha presentado en Huesca con la creación de varios cócteles

El Centro de Innovación Gastronómica de Aragón (CIGA) fue el escenario elegido para dar a conocer a los hosteleros oscenses la nueva ginebra aragonesa Vínica, elaborada a partir de alcohol procedente de vino de garnacha, la ginebra con alma de vino.

El director general de Destilerías San Valero, Alberto Arellano, presentó este proyecto sostenible. “Con Vínica, damos un paso más. Queríamos hacer una ginebra de la tierra, hecha con materias primas aragonesas, sostenible, comprometida con el campo y elaborada en una alcoholera de aquí”.

Una ginebra que pone el valor el trabajo de los viticultores aragoneses, “refleja nuestros valores. Cada botella representa el trabajo de todos los agricultores. Esto no se queda en una gran multinacional o fondo de inversión; le llega al agricultor”.

Como recuerda Arellano, “nuestra principal razón de ser es la economía circular”, propiciando la sostenibilidad al procesar los residuos que genera la elaboración de vino, comprometidos con el medio rural, donde se encuentran los viñedos.

La mayoría de las ginebras obtienen su alcohol a partir de cereales, previamente malteados, mientras que Vínica procede de este alcohol vínico aragonés, que mantiene su alma y esencia.

En ese alcohol se macera el ingrediente principal, el enebro, al que se suman, en el caso de la ginebra Vínica, once botánicos más, que evocan los aromas del viñedo y el monte aragonés. En concreto, hinojo, ciruela, manzana, cilantro, diente de león, tomillo, regaliz, aceituna, pimienta negra, hierbabuena y cardamomo.

Tras la extracción de las esencias, esta base aromatizada se vuelve a destilar, proceso que no afectará a los aromas obtenidos, ya que estas ligeras moléculas aromáticas se fijan a las del alcohol. Un proceso totalmente artesanal, como la propia obtención del alcohol.

Imagen: Gabi Orte Chilindrón

Cata y cócteles

Joan Bebop y Marcos Concepción, cocteleros del restaurante Boulevardier, dirigieron la cata de la ginebra, primero tal cual y luego aligerada con agua mineral para poder apreciar mejor sus aromas y peculiaridades.

Posteriormente, presentaron su particular versión del gin-tonic, partiendo de una copa fría ahumada en romero, repleta de cubitos de hielo bien fríos, con 60 mililitros de ginebra Vínica y 200 de tónica Schewppes. La gracia reside en añadir cuatro gotas de aceite de empeltre justo antes de servir, que le otorga una nueva dimensión.

Elaboraron, además, dos cócteles creados especialmente para la ocasión, inspirados en la cultura del vino. El primero, Paloma aragonesa evoca directamente en la Paloma mexicana y lleva 35 mililitros de ginebra Vinica, otros tantos de shrub de mosto, 100 mililitros de refresco de pomelo Schewppes, servido en un vaso decorado con sal ahumada, pero solamente en la mitad del borde; ligero, refrescantemente ácido y de baja graduación. 

Más peligroso resulta, por lo fácil que se degusta, el Garnacha Sour, con 35 mililitros de ginebra Vínica y el doble de cordial de vino de garnacha; se decora con un ramito de uva garnacha congelada, dando la opción al consumidor de introducirla en el vaso para controlar la temperatura del cóctel.