Las hermanas gemelas Pilar y Aurora Bayona Sarriá nacidas en Zaragoza en 1947 formaron uno de los dúos más populares de la historia del cine español, ‘Pili y Mili’
Texto de Armando Cerra
Todos hemos empleado o escuchado la expresión “Pili y Mili” para dos cosas, y sobre todo dos personas muy parecidas, casi idénticas en aspecto y gustos, dos personas a las que se les ve siempre juntas y en armonía. Pues bien, ¿sabías que Pili y Mili son personas de carne y hueso? Y más aún. ¿Sabías que son dos hermanas gemelas nacidas en Zaragoza?
Así es. Pilar y Aurora Bayona Sarriá son los nombres reales de Pili y Mili. Ambas nacieron un mes de febrero de 1947 en la ciudad de Zaragoza. Y en la capital maña pasaros sus primeros años de vida. Sin embargo, su destino les iba a llevar lejos del Ebro.
Siendo unas adolescentes, a Pilar y Aurora las descubrió el director y productor de cine Benito Perojo. Un personaje que llevaba décadas vinculado al mundo del celuloide, sobre todo llevando a cabo películas de tinte folklórico y comedias. El caso es que fue Perojo quién intuyó un gran futuro en el mundo del espectáculo para esas dos niñas rubias, dicharacheras y de rostro amable. Así que, de la mano de Perojo, se abrieron camino a comienzos de los años 60 para intentar triunfar en los escenarios de la capital catalana. Y bien que lo consiguieron, ya que eso fue la catapulta definitiva para entrar en el negocio del cine.
Debutaron en el Séptimo Arte con su nombre artístico de Pili y Mili en el año 1963, con una cinta titulada Como dos gotas de agua, un título más que elocuente por aludir a su parecido de gemelas. El éxito fue inmediato y durante los siguientes años no pararon de rodar. Una o dos películas por año con producciones españolas, pero también mexicanas, argentinas o italianas. Unos films donde toda la trama se basaba en los líos que suponía confundir y no identificar correctamente a las dos muchachas.
En total, fueron 10 películas con una acogida extraodinaria, tanta que les supuso alcanzar una celebridad enorme, excesiva incluso como ellas mismas confesaron con el paso del tiempo. Algo similar a lo que le ocurrió a la otra gran estrella infantil y juvenil de aquella época: Marisol.
Fueron un fenómeno popular sin paliativos. Sin embargo, ellas mismas le pusieron fin a aquello. O al menos lo hizo una de las dos hermanas, ya que Aurora, o sea Mili en la ficción, en el año 1970 contrajo matrimonio con un empresario mexicano, un hombre también vinculado a los espectáculos. Sin embargo, desde entonces su nueva esposa decidió que abandonaba el mundo de la interpretación. Y una vez que se estableció en tierras mexicanas, hasta el día de hoy no ha vuelto a actuar.
Por el contrario su hermana Pilar, obviamente Pili, se estableció en España y permaneció ligada a la interpretación. Desde luego que, tras la separación, no le fue fácil abrirse camino. A ojos del gran público no era concebible la Pili sin la Mili. De modo que una de sus primeras decisiones fue recuperar su verdadero nombre. Es decir, a partir de entonces se habría de conocer como Pilar Bayona. Por cierto, no hay que confundir con la Pilar Bayona pianista, la célebre música zaragozana de la que quizás os hablemos un día de estos.
Durante la década de los 70 e incluso los 80, Pilar Bayona siguió apareciendo con regularidad en distintas películas. Eso sí, ya no era la protagonista de las tramas. Además del rodaje de más o menos una docena de películas, también participó en montajes teatrales de obras de renombre como Eloisa está debajo de un almendro, Las bicicletas son para el verano o Bajarse al moro. E igualmente su nombre se lee en los créditos de series de televisión con personajes episódicos en exitosas producciones como 7 vidas, Periodistas o Compañeros grabadas entre finales del pasado siglo y los comienzos del actual.
Desde entonces solo ha hecho alguna breve incursión en el teatro y poco más. Si bien, de vez en cuando han aparecido ella y su hermana en ciertos programas de televisión, cuando reponían alguna de las películas que rodaron como Pili y Mili. Unas cintas que quizás no pasen a la historia por su calidad cinematográfica, pero es innegable que son el testimonio de una época y un momento cultural concreto.
Actualmente, ambas son dos septuagenarias que pueden comprobar como su nombre artístico sigue tan vivo como ellas. Ha perdurado varias décadas para instalarse en la cultura popular, tanto que incluso hay negocios actuales o perfiles de redes sociales bautizados como Pili y Mili.
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