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Pedro Alfonso, el ilustre aragonés cuyas enseñanzas ayudaron a recuperar el saber perdido de griegos y romanos

Pedro Alfonso es el autor de un conjunto de narraciones breves llamadas Disciplina clericalis que se considera la primera novela medieval

La semana pasada os hablábamos de “40 ilustres de Aragón“, la nueva página web que ha elaborado el Gobierno de Aragón. Se trata de un sitio online que conmemora el 40 aniversario del Estatuto de Autonomía aragonés y, por ello, han dedicado cuarenta posts a los personajes más ilustres de nuestra comunidad autónoma. Por este motivo, vamos a hablaros sobre todos ellos basándonos en su información. Hoy será el turno de Pedro Alfonso.

Si por algo se conoce a día de hoy a nuestro ilustre es por ser el autor de un conjunto de narraciones breves: «Disciplina clericalis». Hay personas que la consideran como la primera novela medieval, la cual fue fundamental en la narrativa de toda Europa.

Como ocurrió con San Braulio, tampoco conocemos la fecha y el lugar de nacimiento de Pedro Alfonso. Pero en su caso también desconocemos ambos datos de su muerte. Los únicos datos que han llegado hasta nuestros días aparecen en el prólogo de uno de sus libros: «Diálogo contra los judíos«. Gracias a esto sabemos que residió en Huesca y que pertenecía a la comunidad hebrea a principios del siglo XII en la que actuó como rabino y médico.

No fue hasta el año 1106 cuando decidió abandonar el judaísmo, religión de sus padres, y se convirtió al cristianismo. Un gesto que causó un gran revuelo entre todos sus seguidores. En el libro que os hemos mencionado anteriormente, trató de justificar esta decisión ante la incredulidad y las protestas de los que se oponían a su cambio.

Su texto tuvo una gran difusión por todo el continente europeo. Su libro se estructuró como una conversión de su antiguo yo, Moisés, y el nuevo, Pedro. En su defensa de la religión, los peor parados fueron los musulmanes, a los cuales desprestigió. Unas líneas que sirvieron de pretexto para azuzar guerras y cruzadas por los predicadores cristianos.

Además, el libro tenía referencias científicas como que la tierra era esférica y no plana. Una creencia de la que ya se tenía constancia, pero que se olvidaba. La razón era que Pedro Alfonso conocía lo principal de la ciencia árabe, la cual era la más avanzada del momento.

Nuestro protagonista de hoy era una persona culta que hablaba en tres idiomas: hebreo, árabe y latín. Sus enseñanzas por Inglaterra ayudaron al desarrollo de Occidente, ya que trajo parte del saber perdido de griegos y romanos, los cuales fueron conservados por los musulmanes.

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Imagen principal e información extraídas de la web de 40 ilustres de Aragón

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