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El Museo del Fuego de Zaragoza, uno de los mejores de Europa sobre la profesión del bombero

El Museo del Fuego de Zaragoza, divertido, necesario y uno de los mejores de Europa sobre la profesión del bombero

Texto y fotos: Armando Cerra

Los museos de Zaragoza son de lo más variado. Aquí os hemos ido hablando de muchos de ellos y de todas sus temáticas, que van más allá del arte o la arqueología. Pues bien ha llegado el momento de hablaros de uno de los más especiales de la ciudad. Y también de los más alabados tanto en el resto de España como en otros muchos lugares de Europa. Estamos hablando del Museo del Fuego y los Bomberos de Zaragoza.

Este museo ha cumplido los 10 años de edad. Aunque la verdad es que el sitio donde se ubica ya está relacionado con los bomberos desde mucho antes, porque aquí todavía está en uso uno de los parques de bomberos número 2, uno de los más carismáticos de la ciudad. Y no solo eso, la exposición sobre su oficio y su historia se encuentra en un edificio con varias centurias a sus espaldas: el antiguo Convento de los Franciscanos Mínimos de la Victoria.

Ese entorno monumental es parte del encanto del montaje expositivo, ya que los viejos camiones, los trajes y todo el equipamiento del oficio de bombero se pueden contemplar por las estancias que fueron el claustro o las dependencias de ese edificio religioso del siglo XVI.

Y ojo, porque eso no es lo más antiguo de todo el museo. En realidad, la referencia más lejana en el tiempo nos la encontramos nada más atravesar la puerta del museo. Esa es la imagen de César Augusto, ya que el mismo emperador que fundó nuestra ciudad, también fue el que de alguna forma se inventó en Roma el oficio de vigilar y apagar fuegos.

No obstante, una de las cosas que quedan bien claras al visitar el Museo del Fuego de Zaragoza es que los bomberos no solo se dedican a apagar incendios. Su labor para beneficio de todos nosotros es mucho más amplia. Hacen rescates en el río, suben a fachadas y azoteas para arreglar desperfectos, se encargan de llevarse peligrosos panales de abejas o avispas, o tienen sus propios equipos médicos para salvarnos la vida si hace falta, entre otras muchísimas tareas.

Todo eso se descubre al ver sus completos equipamientos e instrumentales, cada uno especializado para una labor concreta o tipo de rescate específico. Es un Servicio Público con letras mayúsculas. Un trabajo arriesgado pero que ellos realizan con pasión, tal y como cuentan los propios guías del museo, que como ya os podéis imaginar son bomberos veteranos, con una larguísima trayectoria a sus espaldas y con mil anécdotas en su memoria para ir enriqueciendo las visitas guiadas al Museo del Fuego.

Y eso que ellos se quitan un poco de mérito al mostrar todas sus herramientas y la continua formación que reciben en los asuntos más variados, desde tecnología a cuestiones químicas. Además de que realizan constantes entrenamientos, ensayos y simulacros para estar preparados para atender cualquier situación de emergencia. 

Una preparación y unos medios técnicos de los que se carecía en el pasado. Porque una de las partes más impactantes del recorrido es ver cómo han ido evolucionando todas las herramientas y uniformes de los bomberos. Impresiona descubrir que antaño iban con sencillas máscaras de piel, más molestas que prácticas, y subían a los pisos en llamas con escaleras de madera, además de que debían acarrear el agua como podían o tenían que hacer un enorme esfuerzo con rudimentarias bombas de agua. ¡Gente extraordinaria y muy valiente, sin duda!

Todo eso y muchas otras cosas se van descubriendo durante la visita al Museo del Fuego y los Bomberos de Zaragoza. Una actividad de lo más entretenida para hacer en familia y que tiene uno de sus puntos álgidos en el claustro del reconvertido monasterio. Ahora este recinto histórico se ha transformado en un increíble parking para vehículos de época que han usado los bomberos. 

Se pueden ver desde carros o incluso bicicletas hasta poderosos camiones con impresionantes escaleras. Aunque todos esos vehículos están en desuso, y los que hoy en día usan los bomberos todavía son más impactantes. 

Cuando vayáis preguntadle a vuestro guía y os contará un sinfín de cosas. Por ejemplo, ¿te imaginabas que hoy en día tienen una escalera extensible que sube hasta 50 metros? Tiene hasta ascensor. Algo lógico ya que por él tienen que subir los bomberos cargados con todo su equipo de salvación y de protección. Es decir, traje ignífugo, casco, bombonas, herramientas, etc… ni más ni menos que 22 kilos de peso. ¿Es admirable o no? Haced un hueco en vuestra agenda y acudid un día de estos a visitar el Museo del Fuego y los Bomberos de Zaragoza. Una experiencia muy interesante, que además también es muy divertida.

QUÉ: Museo del Fuego

DÓNDE: Calle Santiago Ramón y Cajal, 32

HORARIO:

  • 1 de mayo al 31 de octubre: de martes a sábado de 10 a 19
  • 1 de noviembre al 30 de abril: de martes a sábado de 10 a 17
  • Todo el año: domingos y festivos de 10 a 14

CONTACTO: Las entradas pueden adquirirse desde el teléfono 976 724 262 o desde el correo electrónico museofuegobomberos@zaragoza.es

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