Morata de Jalón es el punto de encuentro habitual para cientos de escaladores de Zaragoza, ya que en las inmediaciones de la localidad hay un sinfín de paredes y vías de escalada ideales para practicar este deporte al aire libre
Texto: Armando Cerra – Fotos: Ayuntamiento de Morata de Jalón
Desde los pasados Juegos Olímpicos y la medalla de oro en escalada de Alberto Ginés, este deporte está experimentando un auge nunca visto en España. Aunque para ser justos hay que decir que en Aragón la práctica de la escalada no es cosa nueva. Son muchas las zonas de Aragón donde los escaladores pueden disfrutar de su deporte al aire libre.
Tal vez el lugar más conocido sean los impresionantes Mallos de Riglos, pero hay muchos otros sitios atractivos: Rodellar en la Sierra de Guara, el rodeno de Albarracín o los roquedos próximos a Calcena en la cara oculta del Moncayo. Y desde luego también hay que citar a Morata de Jalón, en la provincia de Zaragoza, un lugar donde hay infinidad de vías para todos los gustos y niveles.
Tanto es así que hace unos años, el Ayuntamiento de Morata de Jalón viendo la gran afluencia de escaladores a su localidad decidió construir un albergue para ellos. Y además contó con la colaboración de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) para gestionarlo, dada su larga experiencia con los refugios de montaña de los que ya os hemos hablado en alguna otra ocasión.
Y es que este punto de la geografía aragonesa es muy visitado. En primer lugar por la buena comunicación y la cercanía a la ciudad de Zaragoza, ya que dista tan solo 65 kilómetros por la autovía A-2. Y en segundo lugar por las dimensiones de la zona de escala. Muy amplia y sobre todo muy variada, para que se puedan hacer todo tipo de vías trepando por las paredes calizas del entorno.
En la zona comprendida entre Morata de Jalón y las Torcas de Chodes se contabilizan más de 600 recorridos diferentes repartidos en casi una treintena de sectores. Por si fuera poco, esos sectores tienen rápidos accesos, sobre todo si se comparan con las largas caminatas que hay que dar en otras zonas.
Con el tiempo esos variados recorridos se han ido equipando a la perfección para escalar sin más riesgos de los necesarios. Y porcentualmente se puede decir que la gran mayoría de vías tienen un nivel de dificultad bajo o medio. Es decir que se han dado las condiciones para que Morata de Jalón se haya convertido en la gran escuela para los escaladores aragoneses y de otras comunidades limítrofes.
Las vías de escalada ofrecen prácticamente todo el repertorio. Hay recorrido tan explosivos como breves, así como otros mucho más largos y vertiginosos. También los hay que incluyen desplomes o acrobacias, y otros muy sencillos en forma de placa tumbada.
Y más allá de lo deportivo, indudablemente el paisaje de este tramo del río Jalón es realmente sorprendente y muy hermoso. De hecho, se puede disfrutar no solo escalando. Son muchas las excursiones senderistas que se pueden hacer en Morata de Jalón. Solo por invitar a calzarse las botas podemos nombrar la ruta que nos lleva hasta las Cuevas del Sordo y de las Grajas. O si se prefiere la caminata puede transcurrir por el interior del Barranco de Villota o se puede ascender hasta la Peña San Juan o Sillón del Rey.
Es decir, que a un paso de la gran ciudad hay una zona natural de lo más interesante para hacer una escapada y disfrutar de la naturaleza en estado puro.
No obstante, no solo de actividades en el medio natural vive el viajero. También hay que aprovechar para darse un paseo por la población. En ella nos espera el palacio de los Condes de Morata, una estirpe nobiliaria de la que ya os hemos hablado con anterioridad. Al fin y al cabo es la misma familia también fueron los condes de Argillo que vivieron en el palacio que ahora es el Museo Pablo Gargallo. Y también ellos están vinculados a la historia del Palacio de la Audiencia de Zaragoza.
Este palacio, además de la iglesia de Santa Ana en la calle Mayor o el imponente puente de Capurnos sobre el cauce del río Jalón son los grandes monumentos de Morata. Pero también hay que estar atentos para no pasarnos por alto la Casa de la Escucha, donde nos quedaremos maravillados del singular efecto acústico que se produce en su interior.
Es decir que una vez más podemos hacer una excursión de lo más sugerente sin tener que salir de Aragón.