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Las mejores obras del Museo de Zaragoza

8 La letra con sangre entra de Goya

El Museo de Zaragoza en la plaza de los Sitios en muchas ocasiones es un gran desconocido para sus conciudadanos. Hoy vamos a presentaros algunas de las obras maestras que os esperan en su interior.

Darse una vuelta por ahí es gratis, además de muy inspirador. Es un buen plan siempre, y especialmente para los días de tiempo desapacible que nos esperan en los próximos meses.

Así que no hay excusa para no visitar el Museo de Zaragoza y descubrir estas joyas.

Texto: Armando Cerra

Mosaico de Orfeo

A estas alturas todos sabemos que Caesaraugusta fue una fundación romana. Y de ello hay cumplida muestra en la colección arqueológica del Museo de Zaragoza. Pues bien entre las numerosas obras de esa época que se conservan, posiblemente la más espectacular sea este Mosaico de Orfeo, que fue hallado en una casa romana cerca de La Zuda.

María Reina de los cielos de Blasco de Grañén

Esta obra de carácter religioso es una buena muestra de que dando una vuelta por el Museo de Zaragoza damos un paseo por la larga historia del arte aragonés. Se trata de una tabla pintada con la técnica del temple entre los años 1437 y 1439 para la iglesia de Santa María la Mayor de Albalate del Arzobispo en Teruel. Y la creó uno de los pintores góticos más activos en el Aragón de la época. El oscense Blasco de Grañén.

Retrato de Alfonso V de Juan de Juanes

En la sección de Bellas Artes del Museo de Zaragoza también está muy representada la monarquía. Pero entre todos esas efigies reales nos quedamos con esta obra renacentista que nos presenta al rey Alfonso V rey de Aragón, quién había fallecido en su palacio real de Nápoles casi un siglo antes de que se hiciera la pintura. Aún así se le dedicó esta obra para honrarle como buen gobernante que sabía alternar las armas con las letras. No en vano, ha pasado a la historia como Alfonso V el Magnánimo.

San Marcos y San Lucas de Damián Forment

Estas esculturas sueltas de dos de los cuatro evangelistas formarían parte de un gran retablo de alabastro  a los que nos tiene acostumbrados este extraordinario escultor del siglo XVI. No hay que olvidar que del taller de Damián Forment, en el que llegaron a trabajar hasta 40 personas simultáneamente, salieron algunas obras inolvidables como el retablo mayor del Pilar de Zaragoza o el que hay en el altar mayor de la Catedral de Huesca.

Autorretrato de Jusepe Martínez a su padre Daniel Martínez

En 1630 Jusepe Martinez hizo este retrato doble que al mismo tiempo le servía para homenajear a su padre, quien había sido el principal maestro de este pintor del Barroco. Un artista que en la actualidad no es demasiado conocido fuera de Aragón, ya que no llegó a trabajar en la corte y desarrolló casi toda su carrera en su tierra. Pero eso no impidió que el propio Velázquez sintiera profunda admiración hacia su trabajo.

Vanitas de Antonio de Pereda

Durante los años del Barroco se pusieron muy de moda este tipo de cuadros en los que se ven calaveras y elementos alusivos a la muerte. También el Museo de Zaragoza tiene su exponente de este género con la obra que el artista Antonio de Pereda pintó hacia el año 1660. Una imagen que en realidad solo nos habla de una cosa, del paso del tiempo que a todos nos iguala y le quita sentido a la vanidad.

Feliciana Bayeu de Francisco Bayeu

Llegamos a las salas que muestran un periodo de esplendor para el arte aragonés. Es entonces cuando artistas como los Bayeu o Goya triunfan en Madrid. En este caso vemos un cuadrito dedicado a Feliciana Bayeu, la hija de Francisco Bayeu, quien la retrató cuando era una niña de 15 años. Cuando vayáis al Museo de Zaragoza y estéis ante esta tela mirad a la joven a los ojos, y descubrid toda la viveza que le dio su padre a esa mirada.

La letra con sangre entra de Goya

No es fácil elegir entre los distintos Goyas que conserva y expone el Museo de Zaragoza. Los hay de tema religioso, hay retratos oficiales y otros más familiares, hay cuadros de juventud y de madurez. No obstante, entre todos ellos hemos optado por esta obra que mezcla el costumbrismo, la crítica al sistema educativo de la época y el carácter más socarrón y ácido del sordo de Fuendetodos.

La reina Juana la Loca en Tordesillas de Pradilla

La reina doña Juana la Loca, recluida en Tordesillas junto a su hija la infanta doña Catalina. Ese es el título completo de este lienzo del pintor Francisco Pradilla, nacido en Villanueva de Gállego y fallecido hace ahora 100 años. Un artista especializado en el género de pintura histórica, a quien se homenajea actualmente con una magna exposición en La Lonja. ¡Tampoco os la perdáis, porque es pintura de primer nivel!

Chulilla de Zuloaga

Y acabamos el recorrido por algunas de las mejores obras de arte del Museo de Zaragoza mencionando un cuadro de Ignacio de Zuloaga. Esa Chulilla que pintó en 1918. Una obra en la que muestra toda su pasión por las costumbres españolas, algo que le llevó a recorrer todo el país para conocerlo mejor e inspirarse con sus gentes.

Un viaje que le llevó por ejemplo a Fuendetodos, donde visitó la casa natal de uno de sus referentes: Francisco de Goya. Y donde todavía se le recuerda con una sala de exposiciones llamada Zuloaga. De eso y de alguna otra curiosidad del pueblo de Goya os hablaremos un día de estos.

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