Un limpiabotas atiende a los clientes de San Siro desde primera hora del día, por lo que el establecimiento ha decidido rendirle homenaje
En pleno corazón de Zaragoza, una de las cafeterías más históricas de la ciudad, como es San Siro, nos deja una escena que parece sacada de otra época: un limpiabotas atiende a los clientes desde primera hora del día. Un hecho totalmente atípico, ya que probablemente sea el último de su oficio en la ciudad, pero que le ha convertido en parte del alma de este establecimiento.
Ángel, este limpiabotas que vive de las propinas que recibe por su labor, encarna una vocación de servicio y humildad que trasciende su trabajo. Siempre con una sonrisa en el rostro, refleja el mismo espíritu que caracteriza al resto del equipo del San Siro: el de atender con amabilidad y calidez, incluso en las mañanas más frías y lluviosas.
Con el deseo de rendirle un homenaje y reconocer su dedicación, San Siro ha querido inmortalizar su figura de una manera muy especial. Un artista zaragozano, Ángel Grávalos, ha pintado un cuadro que ahora preside “El Rincón de Pensar”, un espacio emblemático del local, conocido por ser el lugar de encuentro de importantes empresarios locales que se reúnen desde las 7:30 horas para debatir temas relevantes sobre la ciudad.
El cuadro, que el artista ha donado generosamente sin cobrar nada, no solo rinde homenaje al limpiabotas, sino también a toda la plantilla del San Siro. Por tanto, este gesto simboliza algo más profundo: el reconocimiento a una profesión que está a punto de desaparecer, y a un hombre cuya dedicación diaria representa el verdadero espíritu de servicio.
San Siro se ha consagrado como uno de los locales más históricos de Zaragoza tras levantar su persiana en 1969. En la actualidad, todavía mantiene su esencia clásica, pero con un toque innovador para adaptarse a nuestros tiempos.
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