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Una excursión al Parque Faunístico de Lacuniacha

Lacuniacha, situado en el Valle de Tena, es un maravilloso lugar donde pasar un fántastico día en plena naturaleza y ver toda su fauna y flora

Texto: Armando Cerra – Fotos: Lacuniacha

El Valle de Tena es uno de los territorios más visitados de todo el Pirineo de Huesca. Y es así gracias a la innegable belleza de sus paisajes naturales y también a la abundante oferta de servicios, actividades y atractivos turísticos repartidos por esa zona de la Comarca del Alto Gállego. Pues bien, uno de los lugares más representativos de esa fusión entre naturaleza y turismo es el Parque Faunístico de Lacuniacha.

Todo un referente en el Valle de Tena, ya que hace más de 20 años que abrió sus puertas en Piedrafita de Jaca. Y desde entonces ha mantenido el objetivo de mostrar la vida de animales y plantas propias de la cordillera en su amplia extensión de 30 hectáreas dominadas por el bosque y los roquedos pirenaicos.

El Parque de Lacuniacha ocupa un trocito de la montaña, y eso es muy importante a la hora de que planifiquéis vuestra visita. Porque habéis de hacerlo con las mismas precauciones que se tienen a la hora de hacer una ruta de senderismo. Es decir, llevar el calzado y la ropa adecuada para la montaña, al igual que no está de más echarle un ojo a las previsiones meteorológicas. Al fin y al cabo Lacuniacha se encuentra a una altura  que oscila entre 1.380 y 1.580 metros sobre el nivel del mar.

Pero a diferencia de otros itinerarios por los senderos del Pirineo, en el recorrido de unos 4 kilómetros por el parque tenéis aseguradas un buen número de sorpresas en forma de enormes animales. Sí. Vais a poder ver grandes ciervos, corpulentos jabalíes o bellos gamos. Por no hablar de otros descomunales como los bisontes, los osos o los renos. Y desde luego tampoco faltan los recintos dedicados a especies de depredadores como los lobos, los zorros o el lince boreal.

En total hay hasta 15 especies distintas de fauna. Todos ellos ejemplares nacidos en cautividad. Los hay que incluso han venido al mundo en la propia Lacuniacha, como algunos linces o bisontes. Aunque también hasta aquí han llegado animales originarios de centros de recuperación o que han sido rescatados de ambientes perjudiciales.

A ellos se suman otros que entran y salen libremente del recinto vallado. Nos referimos por ejemplo a roedores, ardillas, topos o un sinfín de aves. Todo ese repertorio animal disfruta de un ambiente botánico especialmente cuidado, donde se ha propiciado el desarrollo de algunas especies amenazadas de la cordillera.

Porque hay que tener en cuenta que el Parque Faunístico de los Pirineos también tiene su vertiente científica y conservacionista. De hecho se integra dentro de la Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala. Colaborando así en un mejor conocimiento y cuidado del medio ambiente autóctono, e incluso colaborando con otras instituciones para la reintroducción de especies.

Es decir, Lacuniacha es como una gigantesca y sorprendente aula de la naturaleza. Un aula en la que se pueden hacer los recorridos por libre, siempre siguiendo los senderos perfectamente señalizados, e informándonos a partir de los diversos paneles de interpretación que describen las especies vegetales y animales del entorno.

Otra opción es participar en visitas guiadas grupales. E incluso se puede reservar la entrada a un hide. ¿Qué es un hide? Es un refugio oculto  y camuflado desde el que contemplar de cerca como comen algunos animales como los buitres, los alimoches o los cuervos. Todo un espectáculo necrófago.

Se haga el tipo de visita que se haga, siempre se trata de disfrutar, de ser respetuoso con la naturaleza y de aprender. Las maravillas ya las aportan los protagonistas del Parque Faunístico de los Pirineos, es decir, los animales.

Es impresionante ver los bisontes europeos, un animal que estuvo en peligro de extinción, y cuya población se ha recuperado gracias a diversos programas internacionales, de los que forma parte Lacuniacha. También son especialmente llamativos los robustos caballos de Przewalski o los ejemplares de Bóvido de Heck que recuerdan al extinto uro europeo.

Además durante el paseo no es extraño compartir camino con los altivos gamos o con corzos, por no hablar de los emblemáticos sarrios habituales en las montañas pirenaicas o las cabras montesas que nos podemos encontrar en muchos lugares de Aragón. E incluso se ven muflones. ¿Sabías que los muflones, con esas espectaculares cornamentas, en realidad son un tipo de oveja salvaje?

Todos esos animales son fácilmente avistables durante la excursión por Lacuniacha, pero hay otras especies algo más esquivas. Aunque cuando se les ve, su figura y su mirada son difícilmente olvidables. Nos referimos a cazadores como el lobo o al imponente oso. Y desde luego, cuando se visita este rincón del Valle de Tena uno de los animales más buscados son los linces. Más en concreto, los linces boreales, de un tamaño mayor al famoso lince ibérico. Un cazador impresionante a la hora del atardecer y que suele descansar de día. De manera que tal vez lo podías descubrir dormitando en algún árbol.

Eso sí, cuando lo veáis no le molestéis. Ni a él, ni al resto de habitantes del parque. Solo contemplarlos y disfrutarlos.

La ruta que te hará descubrir y enamorarte del sorprendente Valle de Tena

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