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La Semana Santa de Zaragoza en números

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Las estadísticas no mienten y los datos confirman que las fechas de Semana Santa en Zaragoza son el segundo periodo de mayor impacto turístico en la ciudad

Al fin y al cabo estamos hablando de un acontecimiento catalogado desde 2014 como Fiestas de Interés Turístico Internacional. Y como tal, aporta unas cifras espectaculares de visitantes y de impacto económico. ¡Tan solo son superadas por el periodo de las Fiestas del Pilar!

Texto: Armando Cerra – Imágenes: Ayuntamiento de Zaragoza

Pero hablando de cifras, hoy os queremos aportar desde aquí unos cuantos números curiosos que conforman la Semana Santa zaragozana.

La primera cifra que os vamos a dar la tenemos que redondear, ya que no se puede poner una fecha exacta al origen de la Semana Santa de Zaragoza, aunque los historiadores sí que coinciden en afirmar que esta celebración lleva más o menos 700 años de trayectoria a orillas del Ebro.

No obstante mucho ha cambiado la celebración a lo largo de esos siete siglos. De hecho, en la actualidad lo más antiguo que se conserva es la procesión del Santo Entierro, de la cual se tiene constancia que se celebraba en 1617. Y solo unos poquitos años después se creó el paso más antiguo que todavía hoy sigue procesionando. Es el Cristo de la Cama datado en 1622. Fue el único que resistió a los años de destrucción de los Sitios.

Todo lo que necesitas saber de la espectacular Semana Santa de Zaragoza 2023

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Más números. Esa procesión del Viernes Santo es la única en la que participan las 25 cofradías existentes en Zaragoza. Todas ellas hacen un largo recorrido de hasta 4 kilómetros de procesión en la que acompañan a 44 pasos distintos, cada uno de los cuales suele invertir al menos 3 horas en su lento itinerario.

Obviamente en los 10 días que comprenden la Semana Santa en Zaragoza, es decir, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, hay más procesiones. En total son 53 repartidas a lo largo de esos días. Es decir que hay ocasiones más que abundantes para que desfilen y participen los más de 16.000 cofrades de la ciudad.

De esos cofrades muchos actúan como costaleros o portando faroles y cruces in memoriam. Pero hay otros muchos que se dedican a tocar los 7 instrumentos característicos de estos días. A todos nos resuenan los oídos con los rotundos redobles de tambores y bombos, ya que hay unos 4.000, a los que se añade más percusión gracias a los que tocan los timbales. Y además a todos esos acordes solemnes se incorporan los toques de corneta y de trompetas heráldicas. Sin olvidar que puntualmente se escuchan las notas singulares de la matraca y la carraca. 

No acaban aquí los números que rodean la Semana Santa zaragozana. También hay que hablar de las iglesias donde comienzan y terminan las 53 procesiones. Hay 7 muy destacadas. Son las de San Felipe, la de Santa Isabel y San Cayetano, la de Santo Tomás de Aquino, la de Santiago el Mayor, la de Santa Engracia y la de San Miguel de los Navarros. Todas ellas además forman parte de la Ruta del Cofrade, la cual este año se divide en 2 rutas distintas, ya que hay tanto que contar que una ruta se hacía corta.

La existencia de estas Rutas del Cofrade es una clara muestra de la dimensión turística de estas fechas, que van más allá del sentimiento religioso. No hay que ser el más creyente del mundo para disfrutar de esta época del año. Es evidente que no todos los que vienen a visitar Zaragoza durante la Semana Santa son fervorosos creyentes. Muchos vienen por conocer este acontecimiento como fenómeno cultural, histórico y desde una perspectiva artística. 

Pero para todos esos que nos visitan, independientemente de sus creencias e intereses, así como también para los propios zaragozanos, la Semana Santa también tiene su aliciente gastronómico. De hecho, en 2023 vuelve a celebrarse Gastropasión en la que participan 30 establecimientos repartidos por la ciudad.

Entre todos ellos proporcionan 4 recorridos o Gastro Tour distintos en los que saborear la peculiar cocina de Cuaresma y sus recetas más emblemáticas. ¿De qué estamos hablando? De exquisitos platos con bacalao, congrio, potajes,…  guisos muy contundentes pero en los que hay que reservar un poquito de hueco y hambre para luego deleitarse con los típicos buñuelos, torrijas o arroz con leche. 

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