Artículo: Equipo de Diario de una RRPP, fotos Alicia Llamas y Maria Navasal
Si alguien se piensa que el barrio de La Magdalena es sólo el Juepincho los jueves por 1€ la bebida y 1€ la tapa, le vamos a demostrar en sólo un artículo que se está perdiendo una zona interesantísima de Zaragoza con grandes muestras de creatividad, enogastronomía, arte, música y diversidad para disfrutar de lunes a domingo.
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1) El Centro de Historias, para empezar, tiene una programación de exhibiciones de todo tipo y disciplinas itinerantes, pero hay una permanente que es el mejor Museo del Origami de Europa. Tanto para adultos como para niños, es sorprendente la cantidad de virguerías que el ser humano es capaz de realizar en papel o cartón, desde miniaturas hasta rinocerontes tamaño real. Está en nuestra ciudad, en serio.
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2) Más cultura alternativa en el local de La Vía Láctea, donde se interpretan desde obras de teatro hasta recitales de poesía, al igual que en la Ciclería, con comida natural y taller de bicicletas. Mucha creatividad multidisciplinar reparten asimismo los artistas del local de Espacio Kaótika en la calle San Agustín, donde lo mismo te imparten un taller que te venden una camiseta pintada a mano, un mueble o un cuadro abstracto. También hay tiendas de moda como el almacén de Carmen Zirelli o como Flamingo, que vive de segundas oportunidades.
3) Las terrazas para este verano insufrible se concentran en la curva de Asalto donde acabamos de decir adiós a Casa Vicente por jubilación pero continúa el río de bullicio hasta la esquina con San Miguel, abiertas todo el año desde el vermú al sol, pasando por las copas al sol, y llegando hasta la improvisación musical más noctámbula con tablas de embutidos y cava en La Cepa Dorada. Lo mismo que en La Dolores, ya en la calle Heroísmo, a cantar y a darle a la guitarra después de cenar.
4) En la mencionada calle, la variedad gastronómica va desde las empanadas argentinas auténticas de La Criolla hasta la cervecería artesanal de la otra punta, The beer Corner. Y si te alargas, puedes llegar a ver hasta actuaciones en directo en Mecano Gastrobar.
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5) Dentro del auge de la coctelería por la ciudad, el Sherman’s Pub es un local nuevo que te transporta a los años 20 y que hará las delicias de cualquier fanático de los Peaky Blinders, serie de culto de Netflix. También mola el Loco Yibril, situado en uno de los escenarios más íntimos de la ciudad, frente a la iglesia de San Nicolás de Bari, con sus cócteles terapéuticos integrándose en el imaginario mexicano de las calaveras, el colorido y la explosión de sabores junto con la risa escandalosa de su propietario. Os lo aseguramos, engancha.
6) Los grandes de entre calles: Saputo y su chuletón exquisito, Casa Luis y su tortilla de bacalao, Los Cabezudos y su marisco, El Pequeño Cascanueces con sus tapas originales, el Tentempié, que se ha superado con su traslado de local, a la vuelta del Museo de la Tortilla… Y, cómo no, Casa Pedro, las tapas más premiadas de aquí a Valladolid. Ah, y Coso abajo, el auténtico Casa Paricio, famoso por sus vermús y salmueras.
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7) Al otro lado, en torno a la iglesia mudéjar más bonita de la ciudad, recién restaurada, la clásica taberna La Urbana, el restaurante internacional Alkareni´s Bazaar, el monumental Windsor, con su comida fusionada y sus vinos de fermentación natural… El mítico Estudios, con sus quesos premiados nacionales y sus vinos aragoneses; el Vinagre Rock o el Entalto con sus conciertos callejeros, los vermús musicales de L’Albada o uno de nuestros must: el vermut con angostura y hielo pilé en copa de cóctel en el Bar Gallo, lugar de peregrinaje para los más veggies.
8) Si, a pesar de tanta vida de barrio, prefieres escapar de la realidad, tienes dos Escape Rooms, a saber, Fox in a Box e Infinitum, para relacionarte con zombies y demás seres virtuales, siguiendo sus rutas y juegos interactivos.
9) Hasta se están abriendo apartamentos turísticos para atraer al barrio a los visitantes que, sin lugar a dudas, apreciarán lugares donde se respira diversidad y grata convivencia. De hecho, te puedes encontrar desayunando un café con porras en la terraza del Simón al productor y actor Jano García, comprando tés y productos bio en Sin Huella a la directora de teatro Blanca Resano, al gran fotógrafo Indio Juan Moro autor de la colección de Gente de Mal vivir…
O quizás te topes con la diseñadora de moda en complementos Patricia Proko paseando en su divertida bicicleta de camino a su estudio. Un trajín de personas y personajes que hace de este barrio el reducto más alternativo de la ciudad.
Artículo: Equipo de Diario de una RRPP, fotos Alicia Llamas y Maria Navasal
