Saber comenzar de nuevo es casi tan importante como saber terminar algo, poner fin a algo o a alguien que nos ha dañado y nos ha limitado durante un tiempo.
Hoy podemos empezar de cero, todos los días se puede empezar de cero. No importa las veces que lo hagas, siempre tienes un motivo para no hacerlo, pero también tienes muchos motivos para empezar una y otra vez.
A veces cansa, a veces da pereza, a veces te dan ganas de mandar todo ‘al carajo’, pero siempre, por pequeña que sea, debemos darnos la oportunidad de volver a empezar.
Y qué pasa si nos hemos vuelto a equivocar, qué sucede si alguien te dice ‘ya te lo había dicho’, ¡qué importa…! Entiendo que a veces la opinión de los demás nos limita o no nos deja avanzar en nuestras creencias.
Todos los comienzos asustan, pero, ¿por qué quedarse en el mismo sitio durante tanto tiempo? ¿por qué nos asusta tanto la incertidumbre?
Esta es la reflexión que te lanzo esta semana, sé que asusta la incertidumbre, asusta lo nuevo, asustan los cambios.
Quedarse donde no se te valora, o donde no te sientes cómoda, ¿qué sentido tiene? Lo pregunto porque a estas alturas de mi vida no entiendo por qué hay gente que prolonga tanto tiempo el tomar decisiones.
Creo que simplemente la soledad asusta y por ello se postergan una y otra vez las decisiones.
Una vez que das el paso no hay marcha atrás. El primer paso quizá no te lleve donde quieres, pero te saca de donde estás.
Salir mental y emocionalmente es fundamental, pero salir físicamente del lugar donde no te sientes a gusto, eso es liberarse de una pesada cadena.
¿Puedes pensar por un instante en cómo sería todo si dieras ese paso que pospones?
Quiero contarte cómo lo he vivido yo. He empezado de cero muchas veces, nos caemos y volvemos a levantarnos las veces que haga falta.
Me he equivocado muchas veces, pero también sé que sin esos errores no sería la persona que soy ahora. Cada día doy gracias por ser valiente, por atreverme a salir cuando no tenía ganas, por ser capaz de levantarme cuando quería quedarme tirada. Me siento bien al mirar atrás y decirme lo conseguiste.
Sé que ahora estoy preparada ante la posibilidad de volver a equivocarme. Y también sé que ahora lo afrontaría de manera menos dramática y más práctica. La equivocación te acerca al acierto.
Equivocarte te da alguna pista más certera de lo que crees.
No temo volver a empezar, porque sé que ante el error, seré consciente, esto es lo fundamental, darme cuenta, este ha sido el mejor regalo que la vida te da, conciencia ante tus emociones, sentimientos y situaciones.
Si tú las haces conscientes, te aseguro que eliminarás lo que te dañe con más rapidez.
Ser capaz de salir adelante te hace valiente, sí, te hace diferente, no quedarte en la queja o el pobre de mí. Avanza, sigue adelante porque esto forma parte de la vida. Si no vives los errores como pieza fundamental en el crecimiento personal, te quedarás en el mismo sitio durante mucho tiempo.
Ahora, sal a la vida, respira, date la oportunidad de ser tú, de ser lo que siempre llevas posponiendo. Si ya te muestras tal y como tú eres, entonces simplemente sal de nuevo, una vez más y sigue, sigue con la dignidad de saber que lo hiciste lo mejor que supiste. Y vuelves a respirar, esta vez sonríes con dulzura a la vida y comienzas a enamorarte de lo que en ella hay, primero tú mismo, claro.
A partir de ese enamoramiento por la vida podrás empezar de cero todas las veces que sean necesarias.
Y si empiezas de cero, date la oportunidad de crear una nueva versión de ti mismo, de crear una nueva vida habiendo eliminado lo negativo y tóxico que había en tu vida.
Sal a la vida, vívela, respira y disfruta de este nuevo camino que has iniciado.