Harinas de la Parra se ha consolidado como una de las empresas familiares más longevas de Aragón tras cerca de dos siglos y seis generaciones
En plena provincia de Zaragoza, en el municipio de Épila, encontramos una historia que huele a pan recién hecho y a legado centenario. Desde hace 180 años, Harinas de la Parra ha sabido mantener vivo el arte de convertir el trigo en alimento, combinando el saber de generaciones con la maquinaria del siglo XXI. No solo es una fábrica de harinas, sino también un símbolo de tradición familiar, compromiso con la calidad y capacidad de adaptación al ritmo de los tiempos modernos.
Todo comenzó en 1845, cuando Policarpo de la Parra fundó lo que hoy es una de las empresas familiares más longevas de Aragón. Desde entonces, seis generaciones de la familia De la Parra han tomado el relevo, con la determinación de mantener el molino en marcha, sin perder el sabor a autenticidad.
Premios que pesan como sacos de trigo
A lo largo de su historia, Harinas de la Parra no solo ha ganado la confianza de sus clientes, sino también el reconocimiento institucional. La Medalla Basilio Paraíso, otorgada por la Cámara de Comercio de Zaragoza, decora su historia como símbolo de excelencia empresarial.
Y por si fuera poco, la Asociación de la Empresa Familiar de Aragón (AEFA) les premió como la empresa familiar más antigua de la región. No es poca cosa en una tierra de emprendedores de largo recorrido.
Harina con apellido y con futuro
Lo que sale de sus instalaciones no es solo harina, es un producto que alimenta panaderías artesanas, pastelerías gourmet y cadenas industriales. Desde la harina de trigo —su producto estrella— hasta la cada vez más demandada harina de espelta o la tradicional harina de centeno, Harinas de la Parra cubre una amplia gama de necesidades, adaptando formatos que van desde sacos de 25 kg hasta opciones de 5 kg. Incluso sirven en cisterna para grandes pedidos.
Además, una de las grandes novedades es que están desarrollando harinas específicas para pizza, panettone y croissant, así como mixes para panes especiales, chapata, integral y baguette.
La fórmula de su éxito es una mezcla de tradición, calidad e innovación. La inversión constante en tecnología de última generación garantiza procesos eficientes y productos que cumplen con los más altos estándares del mercado.
De Épila al resto de España
En la actualidad, su harina llega a 25 provincias españolas, con fuerte presencia en Aragón, Galicia, Andalucía, zona de Levante, Madrid y Cataluña. Una expansión que no ha hecho sino reforzar su misión: llevar productos honestos a cada rincón del país.
En un mundo donde muchas empresas nacen y desaparecen en apenas una década, Harinas de la Parra es una rara avis: una empresa que ha sabido enraizarse en su tierra sin dejar de mirar al horizonte. Casi dos siglos después de su fundación, sigue demostrando que cuando se trabaja con honestidad, pasión y visión, el tiempo no es una amenaza, sino el mejor aliado.
Artículo en colaboración con Harinas de la Parra
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