Enjoy Zaragoza visita el sur de Francia para conocer lugares con encanto como Artouste, Gan o Morlanne, todos ellos a un paso de Pau
Una vez más, Enjoy Zaragoza se lanza a la carretera para visitar uno de los lugares con más encanto del sur de Francia: Pau. Aunque esta vez decidimos dejarnos sorprender por otros lugares de la zona como Artouste, Gan o Morlanne donde disfrutamos de mucho ambiente, buena gastronomía, historia y vistas espectaculares en una increíble escapada en primavera.
DÍA 1: EL TREN DE ARTOUSTE, LARUNS Y LA MESETA DEL BÉNOU
Salimos desde Zaragoza a las 8:00 horas dirección Formigal, disfrutando de la tranquilidad de la carretera, para llegar a las 10:00 a Artouste. Nuestra primera parada fue pasar la mañana recorriendo el valle del Soussouéou hasta el lago de Artouste en el tren de Artouste.
En pleno valle de Ossau, es una ruta espectacular para disfrutar en familia a más de 2.000 metros de altura. Se trata de un viaje de 55 minutos que llega hasta la estación donde hay un restaurante-cafetería, aunque los amantes de la naturaleza pueden aprovechar para hacer picnic mientras paseas junto a un lago. Eso sí, recuerda dejar todo igual de limpio que estaba antes de que llegases.
En esta ocasión, nosotros cogimos el tren con todo nevado, ¡pero dejamos imágenes de las preciosas vistas que hay en verano!
Una vez disfrutamos de la comida en la cafetería de la estación en la montaña, volvimos a coger el tren más alto de Europa sobre vías estrechas para regresar a nuestro punto de partida. En apenas 30 minutos de coche, llegamos a nuestra siguiente parada, Laruns, un pequeño pueblo que se encontraba a tan solo un paso. Allí aprovechamos para tomar un chocolate caliente muy bueno. Lo encontramos en Ghislain DOMECQ-ORTEIG, Artisan Chocolatier Confiseur, un local que contaba con chocolates, confitería y salón de té. ¡Un paraíso para los más lamineros!
Además, hicimos alguna que otra compra, como por ejemplo quesos y mermeladas producidos en la zona.
Para acabar el dia, paseamos por la meseta del Bénou, a 35 minutos de Pau. Un lugar ideal para iniciarse al senderismo en familia, una zona ideal para pasear con niños muy pequeños. De hecho, nos contaron que en Francia se acercan allí a pasar el día porque es muy llano y hay animales (caballos y vacas), por lo que hasta los niños de 2 años pueden ir por ahí.
Finalmente, llegamos a nuestro apartamento, Gîte d’Ilos, al lado de Gan. Una casa muy especial diseñada por sus amabilísimos propietarios, Erik y Magali, una familia franco-belga que vive en la casa de al lado. Se puede alquilar mínimo dos noches y hay capacidad para bastantes personas. Destaca la paz y tranquilidad que se respira en esta casa de madera con un estilo único. Se encuentra a escasos 10 minutos en coche del pueblo de Gan, rodeado de viñedos y naturaleza. Os dejamos a continuación algunas fotografías que hicimos durante nuestra visita, ya que hablan por sí solas, ¡muy recomendable!
DÍA 2: UN PUEBLO CON MUCHO ENCANTO, MORLANNE
Para aprovechar bien el día, nuestra segunda jornada en Francia, nos levantamos pronto para visitar el castillo de Morlanne, ubicado en un pueblito cercano a Pau. Morlanne es un pintoresco pueblo medieval, conocido por su rica historia y su entorno natural encantador. Morlanne ofrece una combinación única de arquitectura medieval y paisajes verdes. Entre sus atractivos destacan una antigua iglesia gótica, calles empedradas y casas tradicionales de entramado de madera. Morlanne en un destino ideal para quienes buscan disfrutar de la tranquilidad rural francesa y explorar la cultura local cerca de Pau. ¡Digno de cuento de hadas!
Nosotros hicimos la visita guiada al castillo, y nos comentaron que es posible escucharla en castellano donde te muestran cómo fueron las habitaciones con algunos muebles y cuadros, así como la historia de quienes lo restauraron. Si aprovechas para acercarte este verano, disfrutarás de guías temáticas. Esta visita no dura más de una hora y es más que recomendable para comprender la importancia que tuvo en su día y todas las reformas que vivió a lo largo de los siglos.
En resumen, es una impresionante fortaleza medieval construida en el siglo XIV, construido en 1373 se diseñó como lugar de defensa para conflictos bélicos en una situación estratégica. Erigido por Gaston Fébus, un destacado noble de la época, el castillo destaca por sus robustas murallas de piedra y su imponente torre del homenaje. Con el paso de los siglos, el castillo ha sido restaurado y conserva gran parte de su estructura original, ofreciendo a los visitantes una fascinante visión de la arquitectura y la vida medieval.
Rodeado de jardines bien cuidados, el Castillo de Morlanne es un importante sitio histórico y un atractivo turístico de la región. Ahora reabre sus puertas desde este martes 2 de julio en horario de 10:00 a 12:30 y de 14:00 a 18:30 horas.
Para continuar descubriendo la zona, decidimos pasear por el pueblo y hacer una parada muy necesaria: conocer la gastronomía local. ¡Y nos quedamos gratamente sorprendidos! Fuimos a Le Lutrin Gourmand, un restaurante muy hogareño a muy bien de precio y donde destacaba la amabilidad de sus dueños. Además, la gran curiosidad es que abría hasta las 16:00 horas para poder comer a hora española. Nosotros nos decantamos por una deliciosa polenta y pato a la brasa, acompañado de una copa de vino jurançon.
Tras la comida, decidimos acercarnos a Casa Beroya, una espectacular tienda de decoración con artículos vintage. Pudimos sumergirnos todavía más en la cultura, la historia y la vida del pueblo gracias a su dueña, una antigua periodista de decoración de París.
Antes de terminar el día, no podíamos desaprovechar la ocasión de pasear por Pau, una joya que para aquellos que no la conozcan todavía merece ser descubierta. Con su impresionante vista a los Pirineos desde el Boulevard des Pyrénées y su rica historia reflejada en el majestuoso Castillo de Pau, antiguo hogar de Enrique IV, cada rincón de la ciudad tiene algo especial que ofrecer. La combinación de su vibrante vida cultural, sus acogedores cafés y restaurantes, y sus elegantes jardines hace que Pau sea una parada indispensable para cualquier viajero en busca de autenticidad y belleza. Finalmente, nos acercamos a uno de nuestros establecimientos favoritos de la zona, hablando de vinos, Les 4 Pepíns. No dudamos en comprar una botella de vino tinto de la zona para disfrutarlo en nuestro apartamento mientras caía el sol.
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