Con raíces aragonesas, Rodrigo Cortés nos habla de la importancia de Zaragoza y de la jota aragonesa en la película Escape, que se estrenó hace una semana
Hace apenas una semana, la película Escape, dirigida por Rodrigo Cortés, protagonizada por Mario Casas y producida por Martin Scorsese, veía la luz en los cines de toda España. Una película con una gran relación con Zaragoza, ya que la mujer del protagonista es de la capital aragonesa y precisamente una jota es una de las escenas más destacadas de Escape.
Por ello, y antes de su lanzamiento, aprovechamos la oportunidad para charlar con su director, Rodrigo Cortés, para conocer todos los detalles de una película sin etiquetas, de esas que no se parecen a nada, y acercarnos a la relación con Zaragoz0a y a las raíces aragonesas del director.
P. ¿Por qué se decidió llevar este libro a la gran pantalla?
Porque es un libro disruptivo, con una premisa difícil de anticipar. La historia de un hombre que desea entrar en la cárcel, que es lo contrario a lo que debería suceder. La historia de alguien que cree que tiene derecho a que le quiten su libertad de encima.
P. Centrándonos en la película, Mario Casas interpreta a un personaje roto, que está dispuesto a cometer delitos para ser encarcelado. ¿Cómo fue el proceso de construcción de este personaje y qué buscabas transmitir con su historia?
Lo primero que hicimos con Mario es olvidar adjetivos y etiquetas, intentar darle un pasado racional que justificara su comportamiento y que la gente decidiera lo que quisiera. Entonces extrajo cosas de gente del espectro del asperger, comportamientos de animales, de niños en su aspecto más infantil y puro. La suma de todo da un personaje absolutamente indefinible que parece vivir en una burbuja que los aisla del mundo exterior y que busca la paz en la ausencia de libertad. Lo que quiere es no tener margen de opciones, quiere dejar de tomar decisiones de una vez.
P. Has comentado que Escape tiene tintes de comedia, drama e incluso thriller. ¿En qué género podríamos encasillar este largometraje?
Yo diría que cuando una película no es comedia ni thriller ni suspense ni musical ni tragedia, probablemente es porque es todo a la vez y es lo que sucede con esta película. Hay veces que en la misma secuencia tienes a un espectador riéndose y a otro llorando por las mismas razones. Lo interesante es que no hay manera de ponerle etiquetas, es una de esas películas que no se parecen a nada.
P. ¿Cómo surge esta idea de incluir una jota de una manera tan inusual y qué simbolismo tiene dentro de la trama?
Una jota que llamamos casi “jota extrema” o “baturro hardcore”. Hay un determinado momento en el que el personaje tiene una ensoñación y vemos rodado como un gran musical, una jota pura, aunque bailada de una forma más abrupta y compleja, pero con toda la pureza de la jota. Sin anticipar demasiado, nos permite entender, aunque sea de forma simbólica, aspectos del pasado del personaje. Aprendemos de esa jota imposible cosas que creíamos que sabíamos, pero que no sabíamos.
P. Zaragoza juega un papel importante en la historia, aunque de manera sutil, ya que la mujer de “N” es de la ciudad. ¿Qué te llevó a elegir Zaragoza dentro de la trama? ¿Tiene algún significado personal para ti?
La respuesta es doble. Por un lado, todo parte de esa jota. Imaginando esa escena de ensoñación, en lugar de caer en la tentación clásica de hacer que bailaran como en un musical de los años 30, pensé en esa jota extrema, salvaje y violenta, tan buñuelesca, tan surrealista en cierta manera. Y como nos da claves del pasado del personaje, para que esto no naciera de una forma puramente arbitraria, es cuando tomé la decisión de que la mujer fallecida del personaje fuera de Zaragoza, para darle una ubicación a ese baile imposible. Sucede, además, que mi sangre es medio aragonesa porque mi padre era de Alcañiz y fui muchas veces en Semana Santa cuando era niño.
También te puede interesar: