Dos vuelos cada semana despegan desde Zaragoza y aterrizan en el aeropuerto de Treviso situado a menos de 40 kilómetros de Venecia, ¡son apenas dos horas de vuelo con la compañía low cost Ryanair!
Así que si estás pensando en hacer una escapada en pareja o simplemente quieres descubrir una de las ciudades más preciosas de todo el mundo, no tienes excusa para no embarcar en un avión que te lleve desde la capital maña hasta la ciudad de los canales al norte de Italia
Artículo: Armando Cerra
Lo cierto es que aunque nunca hayas visitado Venecia ya te haces una idea de lo que allí te espera. Sabes que verás la imponente plaza de San Marcos plagada de turistas y palomas, también eres consciente de que se te caerá la baba frente al Puente del Rialto, o que le pegarás un buen recorte a tu cartera cuando subas a navegar en la típica góndola.
Además es seguro que querrás cruzar el Gran Canal para visitar la impresionante iglesia de Santa María de La Salute. O que te preguntarás cuánto puede valer pasar la noche en uno de esos prestigiosos hoteles que se asoman a ese mismo Gran Canal y que tantas veces has visto en las pelis de enamorados. Sin duda, todo eso te lo imaginas. Y sin embargo, cuando lo vivas en primera persona aún así la sorpresa será mayúscula. Por mucho que hayas visto Venecia en una pantalla, nada es comparable a experimentarla en primera persona.
VUELOS A VENECIA DESDE ZARAGOZA
Y no solo nos referimos a todos estos lugares típicos y tópicos. También si te alejas de la monumental basílica de San Marcos y el vecino Palacio Ducal vas a descubrir unas calles, perdón unos canales, mucho menos transitados y seguramente con un encanto más auténtico. Es cierto que pocos rincones de Venecia son tan hermosos como la vista hacia el Puente de los Suspiros o la fachada del palacio renacentista Ca d’Oro, pero a veces hay tanta gente concentrada en los puntos más famosos, que se agradece alejarse un poquito del bullicio y descubrir una Venecia menos transitada, por ejemplo al caminar por el Dorsoduro o por el viejo ghetto judío, el primero que hubo en el mundo.
Así que no dudes en caminar una mañana sin mapa, ni rumbo. Te vas a perder, pero ahí está la magia del lugar. Y cuando tengas hambres busca una buena trattoria para tomar un plato de pasta alla camiccia nera, que suelen ser spaghetti o tallarines con la tinta negra del calamar. O si lo prefieres también puedes seguir callejeando de puente a puente mientras comes un cucurucho de fritura de pescados. Se llama fritto misto y es un tentempié callejero imprescindible en Venecia. Así te saldrá algo más barata la comida para luego poderte gastar los euros en un buen cóctel, si es un Bellini mejor que mejor.
Además ten en cuenta que Venecia se compone de infinidad de islas. Esta la grande y principal donde se acumulan la mayor parte de los monumentos, pero desde ahí podéis embarcar en diversos vaporettos (son sus autobuses acuáticos) para acercaros a otras también muy atractivas. Por ejemplo, yendo en meses de calor es posible acercarse a la isla de Lido, allí encontraréis playas para tomar el sol y también veréis el lugar donde se celebra la famosa Mostra de Cine. Otra isla más que recomendable es San Giorgio Maggiore, ya que desde ahí se disfruta de la mejor vista de Venecia. Y desde luego si tenéis ocasión no dudéis en acercaros a Murano, célebre por su cristal. Que no debéis confundir con Burano, posiblemente la más bonita de todas debido al colorido de sus casas.
En definitiva que hay mucho que ver en Venecia y todo su embrujo está más cerca de lo que creías gracias a los vuelos regulares que parten desde el aeropuerto de Zaragoza. Plantéate esta escapada, tal vez no para el Carnaval cuando todo está carísimo y la ciudad está absolutamente desbordada, pero sí para otras fechas algo más económicas.
Este lugar único te dejará con la boca abierta. Verás todos esos sitios con los que has soñado frente al televisor. Te sentirás el colmo de la elegancia visitando el Teatro de la Fenice o podrás hacerte el culturetas en la librería Acqua Alta. Además podrás ver el legado de un español en el Museo Fortuny o palparás todo el arte de Tintoretto en la Scuola Grande di San Rocco. Y eso solo es el comienzo. Nuestro consejo es hacer el viaje a Venecia sin prisas, disfrutar de lo que se vea, se coma y se sienta, sin pretender abarcarlo todo. Al fin y al cabo siempre se puede regresar aprovechando los vuelos desde Zaragoza.
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