Descubre qué ver y visitar en una escapada a la ciudad de Daroca
A menos de 90 km de Zaragoza capital encontramos la monumental ciudad de Daroca una de las localidades más bonitas y sorprendentes de Aragón
Artículo: Armando Cerra
Recientemente la población de Daroca se quedó con ganas de ser la nueva capital del Turismo Rural en España. No obstante, varios miles de personas votaron por los encantos darocenses, que son muchos y de enorme atractivo tal y como vamos a tratar de descubrir en las siguientes líneas.
Estamos ante uno de los conjuntos monumentales más espectaculares de la Comunidad Autónoma. Pero tal vez una desconocida para muchos zaragozanos, posiblemente por la cercanía a la capital, ya que son menos de 90 kilómetros de autovía los que nos separan. Y quizás por eso, aplazamos estos viajes tan cercanos, pensando al estar tan a mano siempre podemos hacer esa escapada. Pues bien, hoy ha llegado el día de hacer la excursión a Daroca.
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Lo primero que llama la atención conforme nos acercamos al núcleo es la imponente línea de murallas que rodean el caserío y se encaraman incluso por el accidentado relieve rojizo de la zona. En total son cuatro kilómetros de murallas que remontan sus orígenes a la lejana Edad Media. Ese aspecto medieval nos recuerda a un visitante ilustre de Daroca. Nos referimos al Cid, que pasó aquí un tiempo sanándose de una enfermedad entre batalla y batalla. Por eso, Daroca se integra en el Camino del Cid.
El Campeador no vio a finales del siglo XI las monumentales puertas que hoy nos dan la bienvenida al núcleo, ya que tanto la Puerta Alta como la Baja se construyeron varios siglos más tarde. Viniendo desde Zaragoza, lo normal es atravesar la Puerta Alta en primer lugar. No obstante, aquellos que provengan del sur, de Teruel, el recibimiento de Daroca será espectacular, ya que la Puerta Baja es portentosa con sus almenas y sus dos torreones en los flancos.
Y por si fuera poco, junto a ella nos aguarda la Fuente de los Veinte Caños. Esta fuente monumental fue toda una manifestación de poderío de la ciudad, ya que se construyó en el siglo XVII, en un momento de esplendor. Y con su presencia tan opulenta querían hacer saber a los visitantes que entraba en un lugar donde no se privaban de nada.
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Ambas puertas quedan unidas por la Calle Mayor. La principal arteria de Daroca y paseo obligado para ver las grandes casonas, como la Casa Palaciega con sus actuales exposiciones, o los palacios de los Luna, los Terrer de Valenzuela o los Marqueses de Montemuzo. Además de locales de carácter turístico como el Hotel Cienbalcones o la propia Oficina de Turismo.
En esta oficina nos podrán informar sobre otros lugares imprescindibles de visitar en Daroca más allá de su monumental Calle Mayor. Y a la cabeza de todos ellos, está la Basílica de Santa María de los Sagrados Corporales. Un templo románico que a finales del siglo XVI fue profundamente transformado dada la relevancia que había adquirido el Milagro de los Corporales. ¿Lo conoces?
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La leyenda cuenta que durante una de las habituales batallas entre musulmanes y cristianos del siglo XIII, las huestes católicas estaban en el Castillo de Xio, en Valencia, y allí durante la contienda un sacerdote originario de Daroca decidió guardar las ostias consagradas en un paño para impedir que cayeran en manos del enemigo. Justo al acabar la batalla, quiso dar la comunión a los soldados y descubrieron que el pan se había convertido en sangre. O sea, había ocurrido un milagro que todavía reforzó más la fe de la tropa cristiana, que acabó venciendo aquel envite.
Al acabar, no sabían donde guardar aquel paño ensangrentado. De modo que optaron por colocar la reliquia en un mula y que fuera el destino quien decidiera donde venerar aquel objeto. La mula comenzó a andar y no paró hasta varias jornadas después, cuando llegó a Daroca. Aquí se honran los Corporales desde entonces, primero en la iglesia de Santa Ana y luego en Santa María, donde nos guarda un conjunto artístico de enorme valía, sobre todo por el gran baldaquino barroco del interior, inspirado en el de San Pedro del Vaticano.
En realidad, hay más templos destacados en Daroca. Está la joya mudéjar de Santo Domingo con su antiguo hospital anexo. También hay que mencionar la iglesia de San Juan que originalmente fue una mezquita. O no hay que olvidarse de la iglesia de San Miguel con sus destacados de arte románico. Pero es evidente que la fama de los Corporales ha eclipsado al resto de iglesias darocenses. Y hoy incluso cuenta con su propio Museo de los Sagrados Corporales.
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Para compensar, los menos creyentes pueden descubrir otro lugar de ecos bien distintos. Nos referimos a la Casa del Diablo. La encontraréis en la calle Grajera, y se trata de un edificio que siempre fue vivienda de canónigos. Pero, cuando en el siglo XIX se despojó a la Iglesia de muchas de sus propiedades con la Desamortización de Mendizábal, este inmueble lo ocupó un personaje extremadamente anticlerical, al que se conocía como el Diablo Royo, por su carácter indómito y ser pelirrojo. Alguien que dejó huella y al que todavía se le recuerda en su Casa del Diablo.
Hay más muestras de que Daroca posee elementos capaces de satisfacer a muchos tipos de viajeros. Por ejemplo, los que les guste ver lugares curiosos pueden acercarse a La Mina, que en realidad es un largo túnel de carácter hidráulico que parece mentira que se excavara en el siglo XVI. O los que quieran caminar entre vestigios de la historia, pueden hacer la Ruta de las Murallas descubriendo restos de sus torreones, el llamado Muro de la Pólvora o las huellas del castillo.
Y por último, los amantes de turismo gastronómico pueden apuntarse dos lugares. Uno ya lo hemos nombrado, el Hotel Cienbalcones en cuya planta baja está el Restaurante Ruejo. Y otro a descubrir es la Posada del Almudí. Un buen establecimiento para llevarse el mejor sabor de boca posible tras una escapada a Daroca.
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