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Un acueducto romano os espera en Gea de Albarracín

Acueducto 2

El Acueducto Romano (Gea de Albarracín-Cella), una de las mayores obras de ingeniería romanas de la península Ibérica

Texto Armando Cerra – Fotos: Ayuntamiento de Gea de Albarracín

Hoy os proponemos una excursión hasta la Provincia de Teruel donde hay un recorrido que nos traslada en el tiempo. Nos lleva dos milenios atrás y nos hace admirar la maestría de los ingenieros de antaño y el duro trabajo que se realizaba íntegramente a mano, en unos tiempos en los que no existían ni la electricidad ni la maquinaria pesada. Unas condiciones que no impidieron que se construyera el impresionante acueducto romano que va desde Gea de Albarracín hasta Cella.

Posiblemente cuando se oye hablar de un acueducto romano a casi todo el mundo nos vienen a la mente las esbeltas arcadas de piedra que conforman el monumento más emblemático de Segovia. Pues bien, nada más alejado del aspecto y del inmenso valor que tiene el acueducto de Gea de Albarracín. En este caso se trata de un largo acueducto en el que muchos de sus tramos son subterráneos y excavados en la roca natural.

Tal infraestructura se concibió en una fecha indeterminada, pero más o menos unos 2.000 años, para llevar agua desde el río Guadalaviar hasta la próspera colonia romana de Cella. En total fue necesario crear un camino para el agua durante 25 kilómetros. Un camino que literalmente discurre monte a través, teniendo en cuenta la necesaria y controlada pendiente del terreno para que el agua fluyera de manera considerable. Se estima que llegaba sin problemas hasta 300 litros por segundo hasta Cella. ¡Algo realmente admirable!

Si construir un acueducto por este terreno agreste ya es algo digno de alabanza, la obra se convierte en una auténtica proeza cuando se sabe que existen hasta 9 kilómetros excavados en la roca. Se formangalerías muy profundas, por las que el agua no dejaba de fluir. Se han hecho cálculos y se piensa que se extrajeron hasta 50.000 metros cúbicos de roca y tierra para abrir esas galerías. Es decir, se sacaron más de 100.000 toneladas de material o lo que es lo mismo, unos 100.000.000 kilos de piedra. Todo, sin un sencillo taladro o un poco de dinámita, y ni mucho menos una excavadora. ¿Es increíble o no?

El talento de los ingenieros sin duda era tan descomunal como el esfuerzo de los trabajadores, entre los que había tanto obreros cualificados como esclavos. Todo un ejército de construcción que realizaba la obra desde diversos puntos al mismo tiempo, para que luego todo confluyera con las dimensiones y las pendientes necesarias.

Hasta estaba pensado que una obra semejante necesitaría de un constante mantenimiento y limpieza que evitaran los atascos. ¡Un trabajo tan ingente como este no se podía desperdiciar! Sin olvidar que se trataba de abastecer de agua una población. De manera que a lo largo de todo el recorrido de galerías, se fueron abriendo tanto ventanas como pozos de respiración que facilitaban el acceso a los túneles y a su limpieza.

Todo eso hoy se puede recorrer en diversos tramos. Hacerlo es una actividad más que recomendable para toda la familia. Se trata de caminos bien señalizados y perfectamente habilitados, además de que el esfuerzo físico no es grande y el itinerario se va haciendo muy ameno por la cartelería que nos hace conocer con más profundidad una obra tan impresionante.

El primero de los tramos en el azud del albergue nos muestra como tomaban el agua del río Guadalaviar. Y partir de ahí llega el resto del recorrido con nombres tan sugerentes como la Galería de los Espejos, el Túnel del Castillo de Santa Croche o el Barranco de los Burros. Recorridos que terminan en el núcleo de Cella, donde en tiempos romanos se construyó una enorme cisterna en la plaza mayor.

Sin embargo, con el paso del tiempo se halló una fuente de agua más próxima a la localidad. De manera que el acueducto romano de Gea dejó de usarse y de mantenerse. Al menos desde un punto de vista hidráulico, ya que semejante conjunto de galerías siempre fueron aprovechadas como cobijos y refugios para los pastores y la población de la zona.

Al igual que hoy son aprovechados como recurso turístico de primer nivel. Se han recuperado los tramos excavados del acueducto, se han acondicionado para su visita y constituyen por sí solos un motivo de visita a esta zona de Teruel. E incluso se construyó hace unos años un centro de visitantes a la afueras de Gea de Albarracín para ilustrar sobre la historia de este monumento único.

Os animamos a iniciar el recorrido en este centro de interpretación, y a partir de ahí disfrutaréis mucho más de este itinerario que mezcla naturaleza, historia e ingenio. ¡No os lo perdáis!

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