Figueras nos permite conocer la huella que dejó Salvador Dalí, heredero de Goya, pero también otros lugares que merece la pena visitar
La localidad de la provincia de Girona se encuentra a menos de tres horas de viaje y contamos con seis horarios distintos de AVE al día
Texto de Armando Cerra
Últimamente os damos ideas para hacer escapadas más allá de Aragón aprovechando la comunicación ferroviaria de Zaragoza mediante la línea de Alta Velocidad. Hoy os queremos proponer un viaje a Figueras, en la provincia de Girona. Ya muy cerca de la frontera con Francia, pero que gracias a los trenes AVE, nos queda a menos de tres horas de viaje.
Hasta 6 horarios diferentes cada día os llevarán directos hasta esta localidad gerundense, cuyo principal reclamo es conocer la huella de Salvador Dalí, uno de los herederos de Goya que ha dado el arte contemporáneo español. Así que animaros y tomad el tren en la estación Zaragoza-Delicias para hacer un viaje de lo más artístico.
Nada más bajar al andén de la estación Figueres-Vilafant hay que disponerse a aprovechar el tiempo a tope, y lo mejor es acudir al lugar que mejor da a conocer el genio, el talento y la locura del artista catalán. Obviamente hablamos del Teatro – Museo Dalí.
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Este es uno de los museos más visitados de España. Aquí acuden personas de todo el mundo en cualquier fecha del año. Por eso os recomendamos sacar las entradas con cierta antelación para no llevaros el chasco de viajar en tren desde Zaragoza a Figueras y que una vez allí os quedéis sin poder entrar a la máxima atracción de la localidad gerundense.
Es cierto que por fuera es espectacular e icónico. De hecho, gran parte de su encanto es quedarse alucinado ante la fantasía de su Torre Galatea y la arquitectura de color rojo decorada con unas figuras que recuerdan a los típicos panes ampurdaneses. Y por supuesto es de lo más llamativa la presencia de gigantescos huevos en lo alto de la fachada.
Lo dicho es espectacular, pero una vez que lo ves por fuera, apetece visitar su interior. Así que saca tus entradas al mismo tiempo que los billetes del AVE entre Zaragoza y Figueras para que no haya problema alguno.
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¿Sabías que este edificio era el viejo cine-teatro municipal y que Dalí decidió restaurarlo y transformarlo para darle una notoriedad mundial a su pueblo natal? Y vaya si lo consiguió. El arte, y más en concreto el arte surrealista, ha sido capaz de dinamizar el turismo en Figueras hasta límites inimaginables. Gozar el arte daliniano más delirante es parte de este viaje, pero reconocer como han sabido ponerlo en valor y explotarlo, también es otra lección digna de aprenderse.
En fin, entrad al Teatro-Museo de Dali. Os dará la bienvenida un Cadillac, que de alguna manera nos anticipa que vamos a hacer un viaje muy especial. Por supuesto, las grandes protagonistas son las obras de pintura, de diseño o de escultura de Salvador Dalí. Prepararos para emocionaros, para sorprenderos, para no comprender y para admirar.
Cuándo salgáis estaréis impactados por semejante derroche de imaginación y creatividad. Solo por ver este lugar único merece la pena el viaje. Pero todavía hay más que ver, y además sería imperdonable viajar a Figueras y no terminar de rendir homenaje al pintor visitando la casa que le vio nacer.
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En la calle Monturiol, 20, junto a la plaza de la Palmera se conserva la casa natal de Dalí. Una vivienda de estilo modernista construida donde residía toda la familia y su padre tenía la notaría. Aquí nació Dalí en 1904 y aquí vivió hasta los 8, cuando toda la familia se trasladó a otra vivienda en la misma calle, pero en el número 24.
El Teatro-Museo Dali y la casa natal del pintor son las visitas imprescindibles durante cualquier escapada a Figueras. Pero ya que hemos hecho el viaje desde Zaragoza aprovechad y conoced algo más esta población, que ciertamente merece la pena descubrir.
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Por ejemplo, es recomendable hacer el esfuerzo de subir hasta el Castillo de Sant Ferrán. Se trata de una fortaleza enorme, no muy antigua ya que es del siglo XVIII, pero sus dimensiones, sus fosos, sus baluartes, las caballerizas, etc,… realmente son impresionantes.
Y una vez que volvamos al casco histórico de Figueras es muy grato darse un paseo por sus calles y plazas más emblemáticas para reconocer su patrimonio. Es así como se contempla la arquitectura gótica de la iglesia de Saint Pere. Por cierto, en la plaza de esta iglesia no faltan buenas terrazas para tomar algo y darse un descanso.
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Por otra parte quién planifique esta escapada a Figueras con niños tiene para ellos una parada especial. Es el Museo del Juguete. Por supuesto están expuestos juguetes como los que pudieron despertar la imaginación de Dalí, así como otros muchos que hacen las delicias de grandes y pequeños. De hecho este museo es uno de los más importantes en su género de todo el mundo, ya que atesora una colección de cerca de 15.000 objetos. Muchos de ellos expuestos de una forma muy atractiva e interactiva.
Estos son los must see de Figueres, pero antes de abandonar la ciudad, que nadie se pierda un paseo por La Rambla o por la plazas del Gra con la singular escultura que representa la leyenda de Sant Jordi y el Dragón. Un monumento que de alguna forma nos recuerda los muchos puntos culturales que tenemos en común con nuestros vecinos.
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